T.4.19.

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Han pasado un par de días desde que Azazel acordase con el viejo dios Dagda la adhesión del Panteón Celta a la Alianza Sobrenatural. Ese mismo día los dioses celtas marcharon a Sión a firmar formalmente la incorporación a la susodicha Alianza. Acompañados por Azazel, Penemuel, Sahariel, Namtaga, Raynare, Issei y Asia, todos los dioses celtas llegaron a Jerusalén, fueron recibidos por Yeshua Ben Yosef, quien los guio hasta el Palacio de Salomón, donde firmaron en el papiro protocolario y lo llevaron acuesta entre Beleno, Lugh, Azazel y el propio castaño nipón, quien se ofreció de voluntario. Llegaron al Barrio de las Embajadas y, después de que los dioses celtas la besaran respetuosamente, Dagda izó la bandera del panteón celta, la cual se encontraba entre la griega y la nórdica. 

Una vez estuvo todo preparado, los dioses celtas volvieron a Cénabo a comunicar a los jefes de las tribus celtas irlandesas, britanas, galas, helvéticas y del centro de Europa la adhesión del Panteón Celta a la Alianza, dando luz verde entonces al libre comercio entre celtas y aliados, así como la libre circulación de personas celtas con los aliados, sobre todo con las ciudades estado griegas de la Galia y el tráfico con Escandinavia, especialmente del preciado ámbar que las mujeres celtas (y fenicias, griegas, egipcias y abrahámicas) tanto deseaban. 

Pero había dos personas que no volvieron a sus tierras: Lucille Wand y Eileen Marbhe. Las dos descendientes de magas de la Era de Earthland quedaron en Jerusalén porque Mavis, la Vieja Maestra del Gremio, le había pedido que se quedaran. La niña rubia estaba dispuesta de una vez por todas a refundar el Gremio de las Hadas ahora que los descendientes de los magos más fuertes de su gremio (Natsu, Gray, Erza, Lucy y Wendy) Sayf, Erik, Abhainn, Lucille y Eileen estaban todos cerca de Jerusalén. Tampoco se olvidó de Andrestea, la descendiente de Juvia, la cual llegó a Jerusalén en un círculo mágico de la Facción Helénica. Así se fundó el nuevo Gremio al que llamaron "Hada Renacida" o "Feino Renaskita"  en el idioma de Earthland. 

Pero mientras que los descendientes de los magos de Earthland fundaban el Nuevo Gremio y los dioses celtas volvían a Cénabo a comunicar la adhesión de su panteón a la Alianza, en Grigory, más concretamente en el despacho de Shemhazai, un vicegobernador de Grigory aparentemente preocupado e inquieto sostenía en sus manos unos papeles escritos en árabe y en su ordenador unos vídeos estaban en pausa. Frente al albino estaban Donasheek y Claudia, la pareja de espías más eficaz de todo Grigory. Ambos habían estado espiando a Halima todo este tiempo, desde que Donasheek descubrió el porqué olía tan mal en palabras de la hija de Baraquiel. Y lo habían estado descubriendo no agradaba a Shemhazai ni un pelo, así que llamó a Azazel y a los demás Cadres a una reunión en su despacho. 

Una vez fueron los Cadres llegando al despacho del vicegobernador de Grigory, Shemhazai les fue proporcionando a cada uno una copia de esos papeles que estaban escritos en árabe, así como presentó los videos en una pizarra digital que tenía en el despacho. Lo que vieron los Cadres en los vídeos y lo que pudieron leer en las hojas era, cuanto menos, aberrante, blasfemo, indecoroso, indignante, entre otros muchos adjetivos negativos. Los folios estaban plagados de veneno e infamia hacia los Cadres, hacia la Alianza, hacia el propio Sekiryūtei, pero lo que les descolocó es que la misma cantidad de insultos e improperios que se lanzaba a los Cadres en esos folios, se lanzaba por igual a los aristócratas demoníacos y al clero satánico. Los Cadres no podían creerse lo que estaban leyendo ni viendo en los vídeos. 

―¿Qué hacemos con esto, Gobernador? ―preguntó el vicegobernador Shemhazai a Azazel, quien no paraba de leer una de los folios, especialmente hiriente a su persona. 

―¿Acaso no está claro? ¡Silenciarla! ―exclamó furioso Kokabiel rompiendo los papeles que tenía en la mano, a lo que los Cadres parecía divididos. 

―No podemos hacerlo así porque sí Kokabiel-ach... ―intentó Penemuel entrar en razón al Comandante Supremo de Grigory. 

 ―Penemuel-achot tiene razón... ―susurró Baraquiel conteniendo su ira como medianamente podía. 

El Dragón Carmesí De Grigory. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora