—¿Quieres hablar de lo de ayer? —Dijo Daniel mientras comíamos, se notaba ansioso, como si solo esperara alguna afirmación de mi parte.
Negué con la cabeza, aún tenía muchas cosas que procesar, no me sentía lista para saber más acerca de todo lo que había pasado estos años.
—Podemos hablar de otras cosas —Intente sonreír con los cachetes llenos de comida —Puedes platicarme de ti.
Él asintió con la misma sonrisa.
—No hay mucho que saber de mí, sigo teniendo 21 años, soy tauro, me encanta el chocolate, soy gimnasta, me gustan los perros, me aterra el fuego, estoy estudiando la carrera de cultura física y deportes, me gusta escuchar música a todo volumen cuando entreno, tengo una cicatriz que abarca la mitad de mi espalada, mi cuello y mi brazo y no me gusta despertarme temprano —Se detuvo, como si no lograra pensar en otra cosa —Puedes hacer cualquier pregunta sobre esos temas.
—¿Qué se supone que ves en la carrera de cultura física y deportes?
Él comenzó a reír fuerte, tanto que casi se cae de la silla.
—Creí que preguntarías ¿Qué paso con mi cicatriz y el fuego?, mi hermana me comento que también se la miraste a ella.
Todo mi cuerpo se sentía avergonzado, que se supone que debo decir con respecto a que mire a su hermana mientras se cambiaba.
—Yo no quería ver a tu hermana de esa manera, ella se estaba cambiando y sin querer vi al algo, entonces no estaba segura y por eso seguí mirando, pero no quería verla con otro propósito, digo tu hermana es muy linda, pero yo...
Él comenzó a reír otra vez, pero yo me sentía tan avergonzada que quería llorar, y al percatarse de esto, se levantó y se sentó a un lado de mí y con ligereza tomo mis manos que tapaban mi cara avergonzada.
—Dani, tranquila, yo no te estaba juzgando, es normal interesarte por una cicatriz tan grande, está bien.
Dijo en un tono muy bajo, como si quisiera consolarme, pero no supiera como.
—Lo siento, no quiera ser entrometida.
Él negó con la cabeza y comenzó a hablar.
—No lo recuerdo exactamente, tenía 4 años aproximadamente, en esos tiempos mi madre nos cuidaba, porque papá estaba ocupado estudiando en alguna biblioteca, era muy tarde, de noche para ser exactos, mi madre estaba fumando en la sala mientras veía la televisión con mi hermana y conmigo, recuerdo quedarme dormido y desperté cuando sentí un ardor en mi espalda, todo era rojo, no podía respirar y no lograba ver nada, unas manos me levantaron y me cubrieron con una tela, intente hablar para que fueran por mi hermana, pero no me salían las palabras, no tarde mucho en desmayarme del dolor, al parecer una cortina en llamas había caído sobre nosotros, entonces nos estábamos incendiando junto con la casa.
—¿Y tú madre?
—Estaba con tu padre —Sonrió ligeramente —Me entere mucho tiempo después, pero el día del accidente, era el cumpleaños de tu padre, cuando ella regreso se encontró con todo, la policía hizo una investigación del accidente, y mamá nos obligó a decir que ella estuvo todo el tiempo con nosotros, bueno, que había salido a la tienda o algo por lo parecido, entonces el caso se cerró como un accidente, de vez en cuando protección infantil iba a visitarnos, pero no paso a más.
—Lo siento.
—No pasa nada, ahora creo que se ven interesantes —Dijo mientras se levantaba la manga de su playera para que yo pudiera ver su brazo —Quizá algún día las cubra con tatuajes, aun no lo sé.
Por todo lo que decía parecía que lo había tomado bien, pero sus ojos eran tristes, y a pesar de que su boca formaba una sonrisa perfecta, su mirada lo delataba.
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Morena
RomanceDanielle Caballero es una chica de preparatoria que desarrolla una vida normal hasta que una bomba comienza problemas y chismes sobre ella, todo lo típico en adolescentes ¿No?