Capítulo 53 "Me recuerdas mucho a ella"

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Me sentía cómoda, relajada, está era mi zona, conocía a las personas y ellas me conocían, nadie señalaba a nadie, al parecer el alcohol era un elixir perfecto para la paz.

En algún momento perdí a Tristán de mi vista, había estado recibiendo llamadas algo extrañas, la verdad es que no lo note hasta que Teo lo menciono, al parecer cuando fue al baño, se lo topo, y escucho que peleaba con alguien, tampoco me dijo mucho.

Es por ello que no lo quise presionar al momento de irnos, ya se le veía demasiado frustrado por sí sólo, me senté en el sillón a esperar que regresara, algunos se ofrecieron a llevarme, pero supuse que eso tampoco sería una buena idea.

—¿Y tu arroz blanco? —Dijo Cobra sentándose a un lado de mí, apestaba a alcohol.

—¿Qué? —Lo mire dudosa.

—¿Qué donde dejaste a Tristán?

—No sé, debe de estar por algún lado, y ¿Qué es eso de arroz blanco?

—Hace como media hora estaba encerrado en mi cuarto, se escuchaba molesto, pero acabo de ir y ya no está.

—¿Que todo el mundo ya lo... Espera, ¿Esta es tu casa?

—Si, a que es bonita —Me dio un ligero golpe con el hombro —En realidad es del abuelo, mis padres me dejaron con apenas nací.

—Lo siento —Susurre.

—No deberías, he tenido una vida llena de lujos, nunca me falto el alimento, ni ropa, ni escuela, jamás me aburrí en esta casa, a que soy afortunado.

Sonara más que romántico, pero no dijo amor, no dijo cariño, no dijo aprecio, todo era material, me sentí afortunada por todo lo que mis padres me dieron.

—Supongo —Sonreí.

—Tengo 20 años —Susurro triste —Hoy cumplo 20 maldito años y jamás recibí un mensaje, una disculpa, una foto, nada —Me miro y se carcajeó —A que soy afortunado —Repitió.

No sabía que decir, me quede muda en mi lugar, ni siquiera sabía que era a él al que festejábamos, jamás se me pasó por la cabeza.

»—Mentira, hoy me mandaron un pastel —Me miro con satisfacción —Pero al parecer nadie les dijo que su hijo era alérgico al chocolate.

—Qué triste —Las palabras salieron de mi boca sin que pudiera controlarlas, culpo completamente al alcohol. Me miro con gracia —Digo, como es que has vivido sin comer chocolate.

—Si, a que es lo que más me jode, siempre he querido probar las malteadas de la cafetería, o el helado, aun mejor, el jodido pastel.

—Espera —Saque mi teléfono y mande un mensaje a un viejo conocido de mis contactos —Tendrás que esperar unos 20 minutos, quizá más.

—¿Qué? —Me miro confundido.

—Tú solo debes esperar —Sonreí achinando los ojos.

—¿Nos vamos? —Pregunto Tristán llegando a la sala, sonreía, pero no se veía para nada contento.

—Si —Asentí y me levanté. Cobra también lo hizo, aunque un poco tambaleante. Me giré para poder verlo y sonreí —Feliz cumpleaños, Max.

Su rostro quedo completamente desconcertado, como si lo que acabara de decir fuera un secreto nacional. Mire a Tristán para que dijera algo, pero al parecer ninguno de los 2 entendía que pasaba.

—Adiós —Dijo Cobra de pronto mientras salía rápido del living.

—Supongo que adiós —Murmure.

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