Capítulo 14 "10 preguntas al azar"

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Como lo prometió un día antes, a las 8 de la mañana ya estaba afuera de mi puerta acostado en la hamaca.

En cuanto salí él se levantó con rapidez.

—¿Ya estás lista?

—Buenos días —Sonreí por su pelo alborotado, que de por sí, ya es un rollo total.

—Buenos días —Sonrió él apenado acomodando su ropa —¿Te ayudo con tus cosas?

Asentí y él se acercó, y vamos de nuevo, mi cuerpo comenzó a reaccionar, como si de electricidad se tratará. Solo se podía definir como nervios de pensar que estaríamos 6 horas en el mismo auto, y es que no lo había pensado, estaríamos en un lugar de donde no podía escapar con facilidad, me tendría a su completa disposición.

Él iba a pasar a mi departamento por mis maletas, pero justo cuando pasaba alado de mí, lo tome del brazo, quizá lo mejor era no ir con él.

Se quedó quieto, no entendía que pasaba.

Su rostro se contorsiono de un segundo a otro —¿Pasa algo? —Me miro, y como si su cabeza repasara toda mi persona de pronto se tensó todavía más —¿Te duele? ¿Quieres ir al hospital? —Dijo refiriéndose al parche que tenía en la nuca.

—No... Yo... —Las palabras no salían de mi boca, no sabía en realidad que era lo que quería, si era buena idea ir o no, pero el ver esa expresión de preocupación me hizo dudar aún más —¿Podemos desayunar antes? —Fue lo único que se me ocurrió.

Soltó la respiración que estaba aguantando —Claro —Se me acerco y dejó un beso en mi frente —Creí que te sentías mal o que ya te habías arrepentido.

Sentía mi corazón a tope y no podía especificar si me gustaba o no.

—¿Qué quieres desayunar? —Pregunto entrando a mi cocina —Puedo ir a mi departamento por algo.

—No, creo que tengo leche y huevos.

—Eso funciona.

Le dije dónde estaban los instrumentos de cocina, mientras lo miraba desde un taburete. Me parecía extraño verlo cocinando para mí, él se veía cómodo moviéndose por todo lugar con naturaleza, y era obvio, la cocina de su departamento es exactamente igual a la mía.

En varios momentos él me volteaba a ver y era inevitable negar que yo también lo veía así que disimulaba con muy poca suerte a lo que simplemente sonreía cubriéndose la boca, eso era muy característico de él, parecía que no le gustaba que las personas lo vieran sonreír.

Me levanté y puse música en aleatorio, la primera canción que salió fue Suit & Tie de Justin Timberlake y él sin pensarlo comenzó a tararear.

Todo el principio de la canción movió ligeramente la cadera y cantaba con sutileza, era inevitable no verlo, el muy maldito era demasiado atractivo, pero en cuanto cambio el ritmo de la canción me miro y estiró su mano, me negué, pero él continuaba con la mano estirada sin dejar de mover los pies, y continuó hasta que se la tomé.

Comenzó a bailar conmigo mientras cantaba la canción, y todas las dudas que tenía sobre si sería buena idea irme con él, se disiparon, nos reíamos a carcajadas por toda la planta baja de mi departamento, haciendo el tonto, bailando, cantando, canción tras canción.

Después de un buen rato nos sentamos a desayunar. Y debo admitir que sus huevos eran perfectos, se esmeró en hacerlos. Se lo iba a agradecer, pero cuando lo mire, me quede pasmada, la forma en la que su mandíbula se tensaba por cada mordisco, como su boca quedaba entreabierta mientras soplaba la leche caliente, ya tenía el cabello un poco largo pues un chino rebelde caía por su frente, llegaba casi a la mitad de esta, sus ojos no perdían de vista la comida, y su pie golpeaba el suelo con el ritmo de la música de fondo.

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