Capítulo 37 "Zorra de la escuela"

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Y nuevamente las miradas volvieron, juzgantes, grotescas, asqueadas, me acababa de volver en la "Zorra de la escuela" y es que es simple opinar, pero difícil entender.

Todo se complicó pues Valeria se cambió a nuestro colegio hace 2 días, y un rumor comenzó a navegar por los pasillos, "Danielle se tiró a Archi después de la fiesta, se aprovechó de él, pues estaba muy tomado, literalmente se le subió encima". Y claro que la única culpable era yo.

Si se preguntan quién inicio tal rumor, es simple, Cande, la novia de Kharla, pues ella estaba cuando nos encontraron, y no es sospecha mía, pues ella misma lo confesó, con la excusa "Si me lo hacen a mí, me gustaría que alguien me lo diga". Y lo que me hacía aun peor persona es que estaba completamente de acuerdo con lo que decía, por dios, me había besuqueado con un chico con novia, la cual conocía, de verdad me avergonzaba a mí misma por mis acciones.

Yo sabía que era que te pusieran el cuerno, yo conocía ese sentimiento, yo viví con ese sentimiento y, aun así, no me importo, ¿Qué clase de persona soy?

No podía quejarme de lo que se viniera, yo lo provoque, aunque si me gustaría que el castigo fuera parejo, pues parecía que la única culpable era yo, era como si hubiera abusado de Archi, pues a él no le dejaban números de teléfonos pegados en su casillero, o condones en su pupitre.

—Dani, ¿Por qué no haces nada? —Me pregunto Dante mientras yo borraba una leyenda que decía "Zorra" en mi libro, lo había dejado en el salón mientras iba al baño y cuando regrese ya estaba rayado.

—¿Para qué?, mira Dan, la verdad es que no me afecta en lo más mínimo —Mentí.

Sí que me afectaba, cada ofensa era peor que la anterior, más brutales, más acidas, sin pizca de remordimiento. Es increíble lo crueles que podemos llegar a ser las personas cuando se lo proponen.

—Se olvidará pronto —Sople el resto de goma producido por el desgaste.

Seria increíble que todos tuviéramos una goma gigante a nuestra disposición con la que pudiéramos borrar los errores del pasado, y con un solo soplido olvidarse de ellos. Pero nada es tan simple.

—¿Y Tristán ya te habla? —Pregunto Dante, señalando con la cabeza a la mesa donde se encontraba Tristán, estábamos todos en la cafetería por lo que no era difícil ubicarlo.

Se veía como siempre elegante y juvenil, estaba con unos chicos del equipo de atletismo, pues desde que Archi se la vive con Valeria, él pudo conseguir amigos en ese grupo. Pues cuando Archi estaba con los chicos, ellos evitaban a Tristán a toda costa. Tenían una rivalidad algo extraña, no era deportiva, iba más a lo sentimental, pero solo son suposiciones.

—No, desde que el rumor se corrió, solo me mira con desagrado, como todos.

—Yo no —Dijo él recargando su cabeza en mi hombro.

—Obvio —Deje un beso en su frente.

En los últimos días Dante se había vuelto como mi mejor amigo, pues los que decían ser mis amigos prefirieron dejarme por todo lo ocurrido, tenían que cuidar su reputación, y hasta cierto punto lo entendía.

Javi de vez en cuando nos acompañaba, pero como tenía poco tiempo que se había arreglado con Dylan, no podía jugársela conmigo, solo me hablaba bien cuando no nos rodeaba nadie. La última vez que comió con nosotros en la cafetería, todo el tiempo estaba mirando sobre su hombro, se le notaba nervioso, y aunque decía que no pasaba nada, todos sabíamos que era lo que le preocupaba y se confirmó en cuanto entro Dylan y él se levantó casi corriendo diciendo "Tengo examen de artes", yo le hubiera creído, el problema es que esa clase la tenemos juntos y queda más que claro que no existía tal examen.

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