Se dice que la confusión es algo que nos hace humanos, y justo en ese momento me sentía muy humana.
Normalmente intentó ser lo más tranquila y sensata que la vida me permite, y no es que estuviera enojada, simplemente no entendía que pasaba, me frustraba no entender las cosas, no era como que me hubiera enamorado de Archi por un simple beso, es solo que el beso me gustó, simplemente lo extrañe demasiado.
Al salir de su departamento me detuve unos segundos con la cabeza recargada en su puerta. No entendía que era lo que pasaba conmigo. Camine a pasos lentos hacía la hamaca que se encontraba en mi pequeño patio. Me senté y miré la forma en la que mis pies no tocaban el suelo, era como si no conectarán con él, por más que lo intentaban, no podía evitar compararlo conmigo, así estaba mi mente en ese justo momento, ninguna idea se conectaba.
Unos tenis negros invadieron mi vista —¿Podemos hablar? —Es Archi, podría reconocer esa voz donde fuera. Se sentó aún lado de mí, mientras yo sólo miraba hacia el suelo —Lo siento en verdad, me equivoque, y sé que es egoísta decirlo después de todo, pero por favor escúchame, no es tan malo como parece.
No sabía exactamente que debía decir, lo pensé un buen rato y aun así no estaba segura de mis palabras —Ya está, todo bien, no pasa nada, ni aquí, ni entre tú y yo, ni en esta platica —Mi voz era la más cálida y paciente que tenía, levanté la cara para encontrarme con su mirada y algo en mí se movió, en realidad creo que esto es culpa de Javi, si él no hubiera estado hablando de Archi todo el tiempo, no sentiría esto.
—No, no hagas esto, tu sabes que ese beso...
—Ese beso estuvo bien, pero ya está, ni tú estabas obligado a dármelo, ni yo a recibirlo, así que no pasa nada, sólo es eso un beso que se dio por el calor del momento, las emociones por volver a vernos nos afectaron, no te mortifiques, ni me mortifiques —Interrumpí de la forma más compasiva, mientras me levantaba de la hamaca.
—No, tú sabes que no sólo fue un beso cualquiera, sé que tú también lo sentiste, sé que tú lo sientes —Dijo mientras me tomaba de la muñeca, no lo hacía con fuerza, pero tampoco me podría librar tan fácil.
—No seas hipócrita, ni yo te gustó, ni tú me gustas, simplemente fue un beso y ya, ¿Por qué dramatizar todo? —Necesitaba tomar está actitud, pues después de escucharlo me di cuenta que estaba dolida, quizá no tenía por qué estarlo, pero si, si sentía dolor.
—Pues para mí no fue sólo un beso, esto va mas allá y lo sabes —Se puso de pie, acercándose lentamente, aún tenía mi muñeca en su mano.
—Ok, déjame ver si entiendo, me estás diciendo que me has tratado como si fuera lo peor de tu vida todo este tiempo, nunca me hablaste y me ignorabas, cada que yo buscaba la forma de acercarme a ti. Luego te desapareces para irte con la primera chica que se te cruza, no llamas a nadie, ni siquiera para avisar que estabas bien, dejando que todo mundo se hundiera en pánico, regresas y no por tu cuenta, porque te recuerdo que tu amigo te regreso casi arrastras, y entonces me das un beso y descubres que estás enamorado, por favor, no somos niños, ni esto es un cuento de hadas, el beso me gustó, es verdad, pero no pasa nada más —Mi voz sonaba molesta, aunque muy pasiva también, no quería pelear con él, pero se estaba haciendo una película en la cabeza que no estaba pasando.
—Sabes, no te entiendo, primero lo de la fiesta, luego te preocupas por mí sin razón aparente, después lo del beso y ahora no sientes na...
—¿Está todo bien? —Interrumpió el gemelo mirándome de forma protectora, y era obvio el por qué lo hacía pues Archi seguía teniendo mi muñeca agarrada con su mano, y supongo que mi cara tampoco era de placer.
Archi lo ignoro completamente —Dime que no sientes nada, que no te tensas o te aceleras cuando estás conmigo, que después del beso, después de esa noche —El gemelo me miro confundido, sentía como la sangre me subía por todo el cuerpo, yo no me miraba, pero podía asegurar que estaba más que roja —Dime que no sentiste nada, dímelo y me voy.
—Archi, no compliquemos esto, de verdad no hay razón para hacerlo — Instantáneamente me soltó la muñeca.
Dio una carcajada pequeña, me miro con reproche —¿Por qué me sorprendo?, yo ya te conocía, sabía que te gustaba hacerte la tonta y evadir todo —Dirigió su mirada a el gemelo —Y suerte hermano, que está niña no es la persona que dice ser, cuando menos te des cuenta ya va a estar con alguien más y tú vas a quedar como un pen...
El gemelo nuevamente lo interrumpió, pero esta vez su voz era mucho más grave —Mira yo no sé qué pasa aquí entre ustedes, pero no voy a permitir que le hables así, merece respeto —Su mandíbula se tensaba, se colocó enfrente de mí, parando frente a Archi.
La altura y el músculo se asemejaba, pero se le notaba más calle a Archi, en verdad me daba pánico la idea de una pelea, era obvio que yo no podría pararla.
—No es necesario que hagamos esto, vale, no necesitamos una pelea, vamos a calmarnos —Dije intentando suavizar las cosas, me metí entre ellos poniendo mis manos en sus pechos, el corazón de Archi era un torbellino, estaba muy alterado, sentí una opresión en mi corazón, ¿Preocupación? —¿Archi?
Él me miro, bajo la cabeza y no hizo más que marcharse a su departamento.
—No deberías dejar que tú novio te trate así —Susurro el gemelo a lo que yo solo negué con la cabeza —Hablo en serio, mira no quiero meterme en tu relación, pero esa no es la forma de hablarte, no dejes que nadie haga eso de nuevo, si tú no te tienes respeto, créeme que nadie te lo tendrá.
—Es un malentendido, yo no... —Moví mis manos en negación.
Interrumpió —Está bien, no tienes que explicarme, los hombres la mayoría del tiempo no medimos nuestras palabras y solemos ser unos cavernícolas por el enojo, se nota que chico te quiere, pero si él no viene a pedirte una disculpa, no vale la pena.
—¿Me quiere? —Lo mire confundida, pues literalmente no nos conocía de nada.
Sonrió incrédulo —Anoche cuando llegaron y les dije los estabas esperando —Soltó una ligera carcajada —no podría describirte la forma en la que sus ojos brillaron o el cómo su sonrisa creció de un segundo a otro, corrió para verte, al instante se quitó su chaqueta y te la puso encima, intento abrir la puerta de tu departamento pero estaba cerrada y no lo dudo mucho, te tomo entre sus brazos y te llevo a su departamento —No sabía que decir, solo lo miraba —como para sus amigos fue tan normal esta acción supuse que era tu novio, y bueno, en los momento en los que él no estuvo la pasaste mal, por lo que supongo que tú también lo quieres, ¿No?
Yo solo lo miraba, no sabía exactamente que responder.
Volvió a soltar una pequeña carcajada —Me tengo que ir, pero si necesitas algo ya sabes dónde encontrarme.
No siempre sé que quiero, pero definitivamente no quiero otra relación con alguien como Archi, después de mi último novio, no quiero a alguien así en mi vida.
Dylan era un chico agradable conmigo, me daba seguridad al pisar, me trataba bien, tuvimos demasiada química, vaya nos conocíamos de tanto que no teníamos problemas, pero en cuanto me volteaba se acostaba con cualquier chica que se le cruzará enfrente, todos lo sabían, menos yo, o eso me obligaba a creer, pues era tan obvio, pero creo que era lo único seguro en mi vida y al final me aferre con todo lo que tuve, hasta que ya estaba demasiado ahogada de toda su mierda que no pude más, y termine con él.
Me sentí tan humillada que me prometí tener más cuidado de con quien me relacionaba, y no era como que Archi fuera una mala persona, pero no quería comprometerme sentimentalmente con alguien como él, no después de lo de su viajecito, ya me habían lastimado, y no iba a dejar que volviera a pasar otra vez de una forma tan simple.
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Hola chicos, ojalá y les esté gustando está historia, sé que los capítulos son cortos, pero en verdad gracias por leer, los quiero ❤
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Morena
RomanceDanielle Caballero es una chica de preparatoria que desarrolla una vida normal hasta que una bomba comienza problemas y chismes sobre ella, todo lo típico en adolescentes ¿No?