Siempre va ser difícil decir afrontar las cosas que sientes, pero el no afrontarlas, es peor.
Nuca tuve problemas con que chicos se me acercaran para salir y yo tuviera que negarme, de hecho, nunca nadie se me acerco, en mi vida solo existía Dylan, no había más. Y se lo toxico que podría escucharse eso, pero de verdad lo sentía así.
Estaba muy enamorada de él, me gustaba todo, desde sus tenis apestosos de fútbol que nunca lavaba, hasta las comillas que se formaban alrededor de su boca cuando sonreía, era como si ellas fueran a mostrar un perfecto verso de paz, y cumplían su función, nadie se resistía a esa sonrisa.
Y ahora vernos aquí, en este puente, me hace creer que todo puede estar bien, que todo tiene arreglo, y que aún tenemos algo que contar.
Pero no.
Sé que esto no es real, que esto solo es un momento, que las cosas no cambian, que no se va a borrar todo lo que hicimos, lo que dijimos. No nos vamos a olvidar lo que paso. No podemos solo hacer como que nada ocurrió y seguir juntos.
—Yo te amo, te amo demasiado —Susurré, no sonreí.
Intento acercarse, pero di un paso hacia atrás.
—Pero... —Ladeo la cabeza confundido.
Era obvio que esperaba otra reacción, y quizá era muy cierto que yo sentía cosas fuertes por él, pero no iba a mentirle, aun me dolía lo que había hecho, y aunque ambos acordamos dejarlo en el pasado, jamás me sacaría esa imagen de la mente.
—Es que esto ya lo vivimos —Sentí que en cualquier momento lloraría, me dolía el rechazarlo —Lo intentamos y no funcionamos.
Su rostro se contorsiono, recargo ambos brazos en el brandal.
—Me encanta pasar tiempo contigo, creo que existe química entre nosotros, pero ya estoy hastiada de esto.
Intente tomar su hombro, pero en cuanto lo toque, él se enderezo, haciendo que bajara mi mano.
—¿Eso es un no? —Su voz no era molesta, tampoco era enojada, no era triste, era neutra.
—Eso creo —Baje la cabeza.
Se quedó un buen rato inmóvil frente a mí, no quería verlo, no iba soportar su mirada. Dio un largo suspiro y comenzó a caminar, hasta que paro en seco y hablo sin mirarme
—Solo dime si existe alguien más.
—¿De qué hablas? —Le tome el hombro girándolo para quedar cara a cara.
—Dime si tienes a alguien más, si la razón por la que no me quieres de vuelta es por tienes a alguien —Su voz es triste.
—No, claro que no —Intente sonreír tomando su mano.
No mentía, es verdad que había tenido sexo con Archi, pero creo que para los 2 solo fue eso.
—Entonces a un no me perdonas —Trago saliva y apretó sus labios.
—Ya te lo expliqué —Solté nuestras manos —Es lo mejor para ambos, yo... Yo ya no quiero esto —Di un paso atrás.
—Lo jodi todo —Sus ojos se clavaron en los míos —Lo sé, sé que jamás lo dejaras ir, sé que te lastime, sé que soy un imbécil, pero jamás me dejas remediarlo, jamás me gritaste, jamás me reclamaste, mierda, me peleabas por todo, por cosas insignificantes, pero esa maldita noche ni siquiera me peleaste un puto segundo —Comenzó a tronarse los dedos —Te dabas cuenta de las cosas y no interviniste, me dejaste seguir.
Era verdad, esa noche, después ir manejando por todas las calles, decidí regresar a mi departamento.
Recuerdo verlo sentado en la entrada, seguía sin camisa y sin zapatos, tenía los brazos y la cabeza recargada en las rodillas. Sentía mi corazón a tope, pero sabía lo que tenía que hacer.
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Morena
RomantikDanielle Caballero es una chica de preparatoria que desarrolla una vida normal hasta que una bomba comienza problemas y chismes sobre ella, todo lo típico en adolescentes ¿No?