Capitulo 64 "Tienes que estar bien, Eddy"

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Todo pasó demasiado rápido, no pude reaccionar, sólo vi la botella volar estrellándose directamente en la cabeza de Edan, me quedé completamente paralizada, un sonido muy agudo se presentó en mis oídos mientras veía la escena, vasos, botellas, puños, pies, cabezas, se movían de un lado a otro estrellándose entre sí.

Cuando sentí un golpe en el pómulo fue cuando reaccione, no mire quien lo hizo o que fue lo que me golpeó, solo corrí para auxiliar a Edan, me ubique alado de él, con las rodillas en el suelo, estaba inconsciente, inmóvil, todos a mi alrededor comenzaban a caer, sentí uno que otro empujón, que en realidad yo recibía con el propósito de proteger a mi hermano, recuerdo haber gritado su nombre para que reaccionará, pero nada pasaba, y un miedo me invadió, intente levantarlo pero no pude, fue en vano.

La música del lugar paró y las luces se encendieron, y entonces vi todo más claro, no pude dejar un pequeño grito al ver la escena en su esplendor, aún había personas de pie peleando, otros ya estaban en el suelo, la sangre brotaba de todos lados, pude ubicar a distintos chicos de nuestra mesa en el suelo, me quite los tacones y puse de todo lo que había en mí para levantar a mi hermano, logre sentarlo en una silla, pero seguía sin reaccionar.

Me gire para pedirle ayuda a alguien, y como caído del cielo, Daniel se acercó, tenía la cara bañada en sangre, y pánico en su pura existencia me recorrió el cuerpo.

—Ponte esto en el ojo —Me estiro un pañuelo, enseguida lo tome y en cuanto lo coloque en mi piel me dio una pulsada —¡Toma las llaves y vámonos! —Dijo mientras tomaba a mi hermano para cargarlo en sus hombros —¡Muévete! —Asentí y tomé la chaqueta de mi hermano.

Los alcances metros antes de que llegarán al auto, abrí la puerta del copiloto y Daniel dejo al peso muerto sentado, seguía sin reaccionar, rodee el auto y me sitúe para manejar.

—¿Estas bien para manejar? —Asentí —Voy a regresar por los otros, te veo en el Hospital Vida —Dijo Daniel y corrió hacia adentro de nuevo.

No pude decir una palabra, sólo arranque al auto, el hospital quedaba a escasas 4 calles del lugar, me estacione enfrente y entre corriendo para pedir una camilla, un enfermero salió en mi auxilio, y con mucho cuidado monto a Edan en la camilla.

—Tienes que estar bien Eddy —Dije apretando su mano —Por favor —los acompañe hasta que unas puertas blancas me bloquearon el camino.

Regrese para estacionar bien el auto y tomar la chamarra de Edan, volví al hospital y me senté en el suelo afuera de la sala donde habían metido a mi hermano, y justo en ese momento como si todo explotara, lagrimas grandes y gruesas, bajaron por mis ojos, tome el teléfono para avisar a mi padre.

—¿Qué paso hijo? —Contestó él casi dormido.

—Pá, soy Danielle —Dije en forma de sollozo.

¿Estas bien?, ¿Qué pasó?, ¿Dónde está tu hermano? —Su tono era tan preocupado que un sentimiento de culpabilidad se presenció.

—Estamos en el hospital Vida.

Ya voy —Eso fue lo único que soltó antes de colgar.

Mire mis pies, aún estaban descalzos, había olvidado los tacones en el club, retire el pañuelo que me dio Daniel, todo este tiempo lo retuve en mi cara de manera automática, tenía sangre, pero en realidad era muy poca, palpe mi chaqueta y estaba mojada, olía a alcohol, probablemente alguien me tiro algo encima, así que me la quite y me coloque la Edan. De alguna extraña manera su olor me reconforto.

No pasaron muchos minutos cuando mi padre hizo acto de presencia con Elena, ambos estaban con ropa arrugada, los ojos hinchados, el cabello alborotado, y los nervios de punta.

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