Capítulo 74 "Sé feliz"

40 5 1
                                    

Después de nuestra desafortunada convivencia, Elena fue a su casa para hablar con sus hijos y mi padre empaco comida para nuestro viaje, me recordó a la primera vez que me fui, tanto mi madre como él buscaba meter de todo en las maletas.

—Pá, es mucha comida, Nani no se la va a terminar —Dijo Edan burlándose, mientras mi padre seguía empaquetando.

—No es tanta, además puede refrigérala —Contesto él sin ponerle tanta atención.

Nuestra relación no era la mejor, aún estaba confundida en cómo me sentía respecto a él y todo lo que había pasado, pero una parte de mi quería volver a verlo con los mismos ojos de la niña de 5 años que lo esperaba en la sala para que él la llevara a la cama.

—Es mejor irnos ahora, parece que lloverá —Comento mi padre en mi dirección.

Solo asentí y tome mi maleta, Edan por quinta vez intento colarse en el viaje, pero mi padre se negó, al parecer quería tiempo conmigo.

Había muchos temas que tocar, pero aun así los primeros minutos fueron en completo silencio, sin mucha interacción, ambos queríamos hablar, pero ninguno encontraba las palabras correctas para empezar.

—Alguien te llevara tu auto en los próximos días —Dijo de pronto, enfatizando en el "Tu". Lo mire extrañada a lo que continuo —En realidad te lo pudiste llevar hace mucho, pero creo que me hacía ilusión verlo afuera de casa.

—No entiendo —Intentaba captar lo que estaba diciendo.

—Cuando tú y Edan se van, la casa se siente algo vacía, al principio no me había dado cuenta, pero es algo reconfortante ver tu auto fuera de casa, así como te recuerda a tu madre, a mí me recuerda a ti.

—Creí que no era mi auto —No quería pelear, pero lo dejo muy claro la última vez que hablamos de él.

—Lo siento —Fue lo único que salió de su boca.

Se hizo un silencio largo hasta que me di cuenta.

—Entonces, porque no simplemente me lo diste para que me fuera a la privada, pudiste ahorrar 12 horas de viaje.

—Lo sé —Apretó la boca con una sonrisa —Pero quería llevarte —No se veía incomodo, pero si un poco ansioso, como si no quisiera que hubiera más silencios —Todo lo que dije el día de la boda, también lo siento, no debí exponerte así, fue desconsiderado y de mal gusto, no hay justificación.

Sus manos se apretaban al volante como si quisiera aferrarse en ese lugar y no salir corriendo.

—Gracias —Aunque no sabía exactamente si lo estaba perdonando, pero me hacía sentir muy bien que se disculpara, un sentimiento algo ahogado comenzó a flotar.

—Lo que paso en casa de Elena, también lo siento —Suspiro —No he sido un buen padre contigo —Se quedó callado —En verdad lamento todo lo que te he hecho pasar, es solo que a veces no sé cómo tratarlos, no convivimos mucho y olvido que aún son niños.

Tenía un punto, no estábamos acostumbrados a estar juntos, fue tanta nuestra ausencia, que nuestra presencia nos incomodaba.

—La cena de navidad —Continuo, su mirada era fija hacia adelante, pero la forma en la que seguía apretando el volante y su tono de voz, me daba entender lo mucho que le costaba hablar —Lo que hice estuvo mal, fui egoísta.

—¿Por qué no me llevaste? —Lo rebatí, pero el solo se quedó callado y comenzó apretar la mandíbula —Necesito saberlo —Insistí, mi cabeza comenzó a llevarme a esa noche, el sentimiento de abandono, de traición se me comenzaban a atravesar por la garganta al punto de querer vomitar —Por favor.

MorenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora