Capítulo 49 "Hola morenita"

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En el mundo existían personas con mala suerte, y yo.

Para empezar, el camino fue demasiado pesado, el chofer conducía exageradamente lento, había un niño molesto golpeando mi asiento cada cuando, un bebé llorando exasperadamente, una señora hablando por teléfono en altavoz, un niño sorbiendo su nariz, un señor que olía demasiado a cebolla y para amenizar el ambiente, las pantallas proyectaban la película de "Final Destination 2", un viaje de ensueño.

La mejor opción era ponerme los audífonos y escuchar música, pero había olvidado que mi teléfono estaba descargado, tanta era mi euforia de salir corriendo de mi casa que lo olvide completamente.

Bien, lo único que restaba era dormirme, pero con tanto ruido y movimiento, eso no era factible.

Todo parecía estar burlándose de mí.

Mire a la chica de alado, se veía muy relajada, tenía una banda roja en la frente, y su ropa era demasiado holgada, extrañamente tenía un olor a hiervas.

Ella noto que la miraba, pues giro su cabeza y sonrió amigable.

—Hola —Dijo —Soy Danna —Se giró hacia mí y estiro su mano.

—Hola —Respondí tímida, tome su mano y la agite unos segundos —Soy Danielle.

—¿Nunca habías viajado en camión? —Pregunto curiosa, sin dejar de verme.

—Sí, es solo que tenía mucho que no lo hacía —Ella sonrió aún más —¿Se nota?

—Ya, pues no mucho, pero te ves incomoda.

Se acomodó de nuevo en su asiento, lo agradecí, pues su mirada era demasiado intensa.

—Sí, creo que lo que más me molesta es el niño a mis espaldas.

Ella giro la cabeza y le sonrió al pequeño.

—¿No te gustan los niños? —Preguntó.

—No, bueno si, pero creo solo por momentos.

—Ya, pues a mí me encantan, pero mi novia no quiere que adoptemos, dice que quiere sentir al bebé en su vientre —Hizo una sonrisa triste —Creo que aún no entiende cómo funciona la biología.

—Oh, debe ser difícil —Murmure sin saber que más decir.

—Lo sé, pero vale la pena —Suspiro cansada —Desde que la conocí supe que había algo en ella —Soltó una ligera risa —Al principio no estaba segura, todo era muy confuso y es que ¿Cómo sabes que es amor?, pero hubo un día, aun lo recuerdo, me cepillaba los dientes como lo hacía cada mañana, y al verla por el espejo, sonreí, la pasta escurrió de mi boca y enseguida me incline en el lavamanos para escupir y enjuagarme, estaba muy avergonzada, pero ella solo se rio y me abrazo por la espalda, y entonces me di cuenta, justo en ese momento que, cuando ella me miraba, cuando sus ojos me miraban, mi mundo tenía otro color, me sentía extasiada, no sabía de tiempos, no sabía de razones, no importaba que tan mal fueran las cosas, quería pasarlas con ella, y no me quiero imaginar mi mundo sin tenerla —Sonrió, pero su mirada era melancólica —La amo más de lo que puedo hablar, y me odio por no poder darle lo que más anhela.

Lagrimas gruesas salieron de sus ojos negros.

»—Lo siento, no suelo llorar con desconocidas en un camión lleno de personas disfuncionales —Se limpiaba las lágrimas con apuro.

—No te preocupes —Respondí —Todos tenemos nuestros momentos.

—Supongo que sí, es solo que siento que nuestra relación se destruye y no puedo hacer nada al respecto, el amor no siempre basta —Se limpió la nariz de forma estruendosa —A veces creo que es mejor dejarla ir, merece ser feliz.

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