Capítulo 27 "Iremos con mi mamá"

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Suelo ser algo especial para dormir, soy como esos pequeños niños que les cuesta tomar su siesta, y tormenta a todas las personas a su alrededor, pero después de todo lo que paso hoy, el cansancio emocional, combinado con el pasar de las casas por mi ventana, el sueño comenzó a atacar y al final cedí.

Ese es mi último recuerdo, hasta que sentí una mano por debajo de mis piernas y desperté de golpe.

—Tranquila, te llevaré adentro —La voz de Archi me tranquilizo.

Asentí y rodeé mis brazos en su cuello. Él termino de meter su mano bajo mis piernas y la otra la coloco en mi espalda, levantándome con ternura. Esto era algo que me fascinaba de él, era delicado, cuidadoso, cariñoso, justo lo que necesitaba.

Cuando entramos a su casa el clima era frío, la calefacción estaba demasiado baja, normalmente estoy acostumbrada a los climas fríos, pero esto era demasiado.

—Hace mucho frio aquí —Susurré, mi voz apenas salió de mi boca, mis ojos aún estaban cerrados y me acerqué más a su cuerpo.

—Ahorita subo la temperatura, morena —Murmuro con un tono ronco.

Lo mire y tenía cierta sonrisa coqueta, probablemente se la hubiera cubierto si sus manos no estuvieran ocupadas.

—Enserio, tengo frío —Entre cerré los ojos, y me acurruqué aún más, no había forma de que me pegara más a su cuerpo.

—Tranquila morena, ya llegamos a la cama —Sentí como me bajaba finamente, como si fuera una muñeca de cristal que podría romperse con cualquier movimiento brusco —Subiré la calefacción y vuelvo con tus cosas.

Le sonreí y él salió de la habitación, aproveché para meterme en las cobijas, todo era muy suave, el olor masculino embriagaba mi nariz. Me agradecí a mí misma por no haberme quitado mi mameluco de jirafa.

Archi regreso a los 5 minutos, pero no entro a la habitación, se quedó parado en la entrada. Como la luz estaba apagada no pude ver con exactitud su rostro.

—¿Qué pasa? —Pregunte sentándome en la cama, pues él no decía nada.

—Nada, solo espero a que la temperatura suba, no sé qué tan caliente te gusta.

Se hizo un silencio hasta que sentí el calor llegar a mí, esperé un momento para saber si de verdad me gustaba esa temperatura, y efectivamente, era perfecta.

—Está bien, gracias —Sonreí, aunque probablemente él no sabría.

Se escuchó un sonido ligero, casi igual al de una carcajada.

—Si necesitas algo, estaré en la habitación de alado.

Era obvio que lo hiciera, pero la verdad es que yo quería que se quedara, hoy no había sido un buen día, y necesitaba tener a alguien aquí, junto a mí.

En cuanto se dio la vuelta para marcharse, me dio pánico estar sola.

—Archi... —No supe si escucho. Aunque como se detuvo, me dio a entender que sí —Yo... —Se giró para caminar en mi dirección, quedando a escasos centímetros de la cama —Dormirías conmigo.

Se quedó quieto por un par de segundos. Hasta que levanto su mano y cubrió su boca, se estaba riendo. Para este punto yo estaba más roja que la lumbre.

—Claro que sí, solo iré a apagar todo —Se acercó y dejo un beso en mi cabeza.

Todos estos sentimientos eran raros, nuevos e intensos, vale probablemente es porque estoy sensible, por lo de mi padre y Dylan, pero en definitiva esto se sentía demasiado bien.

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