Las cenas de año nuevo siempre son un inicio de nuevas etapas, es como si se encontrará un chip en nuestra cabeza, el cual se renueva para recibir al año, nos exige cambiar y mejorar hábitos, aunque sólo sea por algún tiempo, es como si todo lo que deseamos lo pudiéramos alcanzar, ese sentimiento de paz, de amor y de purificación que invade el pecho diciendo "Este será un buen año, será mi año".
Era un momento perfecto para la familia, para darte cuenta de que después de peleas, desacuerdos, viajes, distancia, historias, tiempo, que después de todo, siguen ahí, sentados en tu mesa, han sobrevivido un año más. Y claro que yo era ese tipo de personas, estaba a nada de tomar el primer taxi que pasará para regresar con los míos, pero ese no era exactamente el plan de Archi.
Después de que llegáramos a su casa, me pidió que me bañara y me arreglara, en realidad no sabía a donde iríamos, por lo que opte por utilizar un vestido blanco ajustado, que llegaba por encima de mis rodillas, con la espalda descubierta, no era lo más formal, pero tampoco era algo que utilizaría en mi día a día. Me sujete el cabello en una coleta alta, intentando tapar mi zona rapada. Apenas me maquille, nunca lo digo, pero lo odio, en primera porque no se utilizarlo y en segunda porque cuando vas a una fiesta y bailas tiendes a sudar, y suele pasar que terminas con la cara manchada.
Cuando baje las escaleras él ya estaba sentado en la sala, no me había tardado tanto, pero bueno, eso dicen todas las mujeres.
—¿Nos vamos? —Susurre a su espalda.
Dio un ligero brinco bloqueando su teléfono, me pareció algo extraño, pero decidí no prestar atención.
—Claro —Se giró para verme e instantáneamente me sonrió pasando su mirada desde mis pies hasta mi cabeza —¿Cómo es que siempre te ves tan bonita?
Me sonroje en un santiamén, él no se veía nada mal, llevaba una camisa negra a juego con un pantalón gris.
Salimos de su casa, para encaminarnos al centro de la ciudad, lleno de antros y lugares para perderte en alcohol y música.
Archi decidió dejar el auto, pues no quería que tuviéramos ningún accidente de regreso, y desde ese momento supe que esta no sería una noche muy buena.
—Es uno de los mejores lugares de la zona, y lo mejor es que mi amigo es el dueño —Señaló al edificio frente a nosotros mientras bajábamos del Uber.
No dije nada, pero él enseguida noto que algo no me gustaba.
—¿No quieres entrar? —Se colocó frente a mí con el ceño fruncido.
—No, no es eso —Negué con la cabeza —Solo esperaba algo más tradicional.
—¿Quieres que nos vayamos? —Su tono era decidido, pero su mirada me decía que quería quedarse.
Me quede callada, en realidad no sabía que decir, no quería arruinar esto, vale, que no era lo que esperaba, pero no podía estar tan mal, muchas personas lo hacían cada año.
—Ya está —Suspire —Vamos a entrar, pero promete que estaremos juntos para el conteo —Tome su mano.
—Eso es un hecho —Levantó nuestras manos entrelazadas y beso la mía —Vamos que la rumba llama morena.
Entrar a un lugar espacioso lleno de gente bailando cuerpo con cuerpo, era una sensación electrizante, mi sangre bombeaba al ritmo de la música y la ausencia de luz le daba un toque misterioso mientras los pequeños láseres interrumpían por todos los espacios. La cara de cada persona de mi alrededor era placentera, lo disfrutaban.
—¡Alex! —Un chico muy atractivo grito dirigiéndose a nosotros.
Era de la estatura de Archi, su piel era apiñonada, sus ojos eran completamente negros al igual que su cabello, sus facciones finas, delgado, pero no esquelético, llevaba una camisa blanca con apenas 3 botones abrochados, dejando ver todos los tatuajes de su pecho, aunque en realidad podías ver todo su torso pues su camisa se transparentaba, era inevitable no prestarle atención.
ESTÁS LEYENDO
Morena
RomanceDanielle Caballero es una chica de preparatoria que desarrolla una vida normal hasta que una bomba comienza problemas y chismes sobre ella, todo lo típico en adolescentes ¿No?