Capítulo 18 "¿Soy tu secreto mas grande?"

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Las personas en muchas ocasiones somos un poco irresponsables, no nos damos cuenta que nuestras acciones dañan y arruinan la perspectiva de otras personas. Un comentario, una palabra, una acción, puede joderlo todo.

Por evidentes razones ya no fuimos a ver a su hermana, todo su plan se tumbó por culpa de su madre, aunque no sabía exactamente que tenía que ver.

—¿Me dirás? —Pregunto Archi mirándome dudoso.

—¿Qué? —Respondí dejando mi taza de chocolate en la mesa.

—Me dirás porque te molestaste con Dylan el día de la fiesta —Recargo sus codos en la mesa, ya estaba más tranquilo.

—Algún día —Sonreí.

—¿Quieres ir a tomar algo? Conozco un lugar aquí cerca, morena.

—Claro —Él se levantó y yo le tome la mano y lo jale para que se volviera a sentar —Pero ¿Por qué morena?

Sonrió y se mordió el labio —La noche que te conocí, no sabía tu nombre, sólo sabía que estabas de ligue con Dylan.

—Ja, el ligue eras tú, Dylan era mi novio —Él soltó una carcajada.

—Bien, "tu novio" —Dijo haciendo comillas con sus dedos —Como sea, no podía justificar mi tardanza, no había forma, pues jamás llegue con cervezas, y me dejaste labial en la camisa —Se rasco la cabeza —Tuve que decir la verdad —Mi boca se abrió formando un perfecto círculo, él me delató —Dije que había estado con una morena, y mis amigos comenzaron a llamarte así, tu identidad es un misterio para todos, bueno, casi todos.

—¿Quién más lo sabe? —Pude notar mi cara caliente.

—Javi, Dante y Danna, nadie más, o bueno nadie más que yo sepa.

—¿Por qué lo sabe Javi? —Me parecía lógico que Danna y Dante lo supieran, pero Javi como se había enterado, probablemente si había estado esa noche, pero, en definitiva, no recordaba nada de él.

—Pues... Una vez... En una reunión... Con varios amigos... Me preguntaron la identidad de la grandiosa "Morena".

—¿Yyyy? —Estaba nerviosa.

—Y bueno... Se los dije.

—¡¿Qué?! —Me levanté de la mesa, entonces no solo ellos lo sabían, más personas estaban enteras de lo que paso esa noche.

Él se tapó la boca con la mano, y sus hoyuelos resaltaron, me estaba jugando una broma.

—Eres un idiota, lo sabías, ¿Cierto? —Me volví a sentar.

Quito su mano y su sonrisa se dejó ver, de verdad o entendía por qué se cubría la boca.

—Lo siento —Seguía sonriendo.

—¿Entonces?, ¿Cómo lo supo?

—Pues una vez, fuimos a tomar él y yo solos, me contó cosas muy fuertes de su familia, y me sentí en deuda, entonces le conté mi secreto más grande.

—¿Soy tu secreto más grande? —Reí por lo más bajo.

—No —Dijo seguro de su respuesta.

—¿No? —Levante las cejas, quizá no había puesto atención.

—Ya no —Una sonrisa coqueta se formó en su rostro, agradecí que no la cubriera.

—¿Por? —Me acerque a la mesa recargando mis codos en esta.

—Ya no tengo ni una sola razón para esconderte —Se acercó y me dio un "Piquito".

Sonreí tontamente —¿Y esto?, ¿A qué se debe?

—Que el plan no haya funcionado no quiere decir que dejes de ser mi novia —Su voz era confiada, y no sé, me gusto.

—¿Como? —Reí nerviosa.

—Por hoy serás mi novia —Me tomo de la mano en forma protectora —Vámonos, morena —Salimos del café en camino a un bar.

Creo que acepte este juego de ser la novia por qué es lo más emocionante que me ha pasado los últimos días, sin dejar de mencionar que aún que lo niegue ya existe cierta química entre los 2.

Llegamos a un lugar elegante, las paredes eran rojas, al igual que el techo y las luces, el piso era negro. Había mucha gente divagando por todo el lugar, nos sentamos en los bancos giratorios de la barra.

—¿Qué les sirvo? —Pregunto el bartender.

—Una Cuba para mí y un mojito para...

Interrumpí antes de que él terminará su frase —No, de hecho, me gusta más el Tequila —¡Dios! Olvide lo que significaba esa frase, Archi se ahogó instantáneamente de que termine de hablar.

El bartender nos miró y murmuro hacia Archi —Escogiste bien a tu chica, normalmente se hacen la mustias —Y ahora la que se ahoga soy yo, él me miro y guiño el ojo.

Entre trago y trago olvidamos todo lo pasado, comenzaron esas canciones que ponen en las cantinas cuando ya sólo quedan personas despechadas con la vida o un mal amor.

Cada minuto que pasa, cada canción que escucho, cada trago que tomo, cada pensamiento que tengo, me hacen sentir deprimida y al ver a mi acompañante, me doy cuenta de que no soy la única, sus ojos son tristes, no habla, no me mira, sólo está sentado alado de mí, pero siento su depresión, y entonces recuerdo a Dylan, cada que tenía problemas él o yo, lo arreglamos con alcohol y sexo, sé que es por lejos la mejor opción, pero yo lo necesito, me sentía triste, melancólica, y Dylan estaba a una hora de aquí.

Mi cabeza ya no carbura las ideas por el alcohol administrado en mi sistema, aparte, ¿Que no se supone que somos novios?, aunque sea de mentira, así que tome valor, me puse de pie, Archi me miro desorientado, agarré el respaldo de su taburete y lo gire con fuerza, quedamos cara a cara, me acerqué lentamente, y por la mueca que hace, sabe para dónde va esto, sus ojos se posan en mi boca, mi mano se mete entre sus chinos, nunca soy yo la que beso, en una película vi que sólo te debes acercar un 90% y el otro 10% le corresponde a la otra persona, eso para asegurar que los 2 quieren el beso.

Él acorto la distancia en un segundo, me beso de forma cálida, nuestros labios ya se conocían, pero definitivamente este es un reencuentro de los buenos. Cada que su boca se posaba por la mía, una corriente eléctrica recorría mi cuerpo.

Cuando nos separamos para respirar lo tome de la mano y lo lleve a su auto, no sabía a donde iríamos, pero en definitiva necesitaba salir de aquí. Con rapidez saco las llaves.

Llegamos a lo que él dijo que era la playa más cercana, nos estacionamos en un mirador, se bajó y me abrió la puerta para salir.

—Espera un segundo —Me dijo mientras corría a lo que era un cuarto, toco la puerta y un señor salió, era canoso, se veía amigable, se dijeron algunas palabras, y este le dio unas llaves, y cerró la puerta.

Regreso a donde yo estaba, me dio la mano y caminamos hasta un muelle.

No sabía exactamente que hacíamos aquí, no era algo que esperaba, pero igual me deje guiar.

Cuando llegamos a la orilla me señalo un barco.

—Ese barco es el nuevo 200FX, sólo tiene 6,1 metros de eslora, pero es un auténtico miniyate. Alcanza una velocidad máxima de 36 nudos —Lo mire extrañada, no entienda nada de lo que decía —Y lo mejor de todo es que es mío.

Me sorprendí, era muy joven para tener un barco, entendía que tuviera dinero, pero un barco era mucho —¿Tuyo?

Él afirmó y se subió en el bote en una maniobra rápida, metió las llaves en un candado y dejó colgando la cadena en el muelle, de esta forma el barco ya no tenía ningún agarré con el muelle.

—También tuyo, por hoy —Extendió su mano hacia mí para ayudarme a pasar. Tiro fuerte de ella de tal manera que caímos al suelo, quede encima de él. Hizo un movimiento rápido y ahora él quedo encima de mí —Si, también tuyo —Y me beso desesperadamente.

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