Yo era ese tipo de personas que quería pedir perdón hasta por lo que no había hecho, no me gusta que la gente se enfade conmigo, no tengo la capacidad para retener el odio, mi madre me decía que pusiera en una balanza que era más importante, el enojo de un momento o una persona y creo que nunca he encontrado una persona que pierda en peso.
Me acerque a Javi mientras caminábamos hacia los autos, nos iríamos a cambiar para alcanzar a Polo, ya me había mandado la dirección del lugar por lo que todos iban más que emocionados.
—Javi —Susurre a su espalda.
—Dime —Contesto como si nunca hubiéramos discutido.
—Podemos hablar —Volví a susurrar.
Se giró para mirarme —Aun no terminas de decir lo mala persona que soy, por no meter las manos entre 2 amigos que aprecio.
—Lo siento —Sabia que yo provoque esto y que era más que necesitaría una disculpa —Es solo que me siento sola —Mi voz se quebró por un momento, pero no me permití llorar —No es tu culpa, y lo siento.
—No sean dramáticos —Dijo Dante mientras pasaba entre nosotros.
—Está bien, Dani —Javi tomo mis manos y dejo un beso en ellas —Quizá yo también exagere, y lo lamento, pero siempre estoy entre ustedes, y no es justo que me obliguen a tomar un bando.
—Sé que es difícil, para ustedes, y créanme que mi plan nunca fue que esto pasara de esta manera, yo los quiero demasiado, y deseo con todo mi corazón que sean felices y sin tanto drama —Dije para ambos pues, aunque Dante había seguido caminando no estaba tan alejado como para no escuchar —Pero ya no deben preocuparse, estoy bien y sé que estaré bien —Sonreí.
—Eres una cursi —Javi comenzó a reír —Vámonos ya.
—Vámonos —Asentí y caminamos a los autos.
...
No sabía que ponerme, no quería verme muy arreglada, pero tampoco quería verme tan simple, siempre tenía este dilema con la ropa. Terminé poniéndome un vestido rosa pastel que metí a la maleta de último momento, era pegado de la parte de arriba con un escote decente y sin mangas y algo ampón de la parte de abajo, apenas llegaba por encima de las rodillas. Lo combine con unas sandalias. Me hice el típico chongo y ya estaba lista.
Baje las escaleras y aun no bajaba ninguno de los chicos, dude en irme a cambiar, se estaban tardando demasiado, que tal si se estaban arreglando de más y yo iba muy simple.
—¿Lista? —Me pregunto Dante desde las escaleras.
Y como lo temía, iba demasiado elegante, llevaba puesta una camisa negra con un pantalón a juego, que hacia contraste con su cabello.
—Creo que iré a cambiarme —Dije mientras pasaba a su lado.
—¿Por?, te vez tierna —Me ojeo con la mirada.
—Me veo simple —Insistí y seguí caminando.
Esto era un problema, de verdad no tenía que más ponerme, nada era lo suficientemente decente como para funcionar. Alguien toco la puerta y todo se volvió más estresante
—¡Voy! —Grite —Dame un segundo.
—Puedo pasar —Era la voz de Dante.
—Si.
Entro al cuarto y yo me senté en la cama derrotada.
—¿Qué pasa? —Me miro extraño.
—No tengo que ponerme.
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Morena
RomantizmDanielle Caballero es una chica de preparatoria que desarrolla una vida normal hasta que una bomba comienza problemas y chismes sobre ella, todo lo típico en adolescentes ¿No?