Me moría de la vergüenza, el niño que me gustaba me estaba ayudando a vomitar, que clase de persona soy.
—No pasa nada —Dijo él como si leyera mi mente.
Me levante, pero todo me daba vueltas y me deje caer en mis rodillas.
—Tranquila, yo te llevo —Me sonrió y me sostuvo en sus brazos, con tanta delicadeza como le era posible.
—Gracias —Murmure apenada.
—¿Todo bien? —Pregunto Javi y yo sólo levante el pulgar.
—Yo puedo quedarme a cuidarla, no tengo problemas —Intervino Archi mientras me dejaba en la cama —Mañana no tengo clases y bueno, vivo a unos metros de aquí.
—¿En verdad? Muchas gracias —Respondió Tristán aliviado —Yo puedo regresar más tarde.
—Sí, sin problemas.
—Yo creo que lo mejor es que nos vayamos —Hablo Dante, se acercó y soltó un beso en mi cabeza —Nos vemos mañana mugrosa.
—Adiós enana, descansa —Le siguió Javi copiando la acción.
—Adiós —Dijo Tristán, no se acercó en lo absoluto, literalmente salió corriendo, de verdad llevaba prisa.
—Iré a mi departamento por unas cosas, vuelvo enseguida —Mencionó Archi mientras también salía por la puerta.
Mi borrachera solo empeoraba, todo me daba vueltas.
Me intenté levantar y simplemente no podía, era como si mis piernas estuvieran muy débiles, me senté en el suelo con la cabeza entre mis rodillas.
—¿Estas bien? —Pregunto Archi cuando entro a la habitación, quito mis manos de mi cara y me miro dudoso.
—Me quiero bañar, soy un asco, estoy vomitada, estoy sucia, estoy mareada, me siento muy mal, estoy más que fatal, no sé por qué tome, yo no tomo, bueno si se por qué, pero ya no me aguanto, no quiero tomar nunca más, en que estaba pensando, me odio, solo yo hago estas cosas, siempre tengo que hacer las cosas mal...
—Tranquila, que no pasa nada —Dijo él dándome un beso en la palma de mis manos, haciéndome sonreír como tonta —A cualquiera le pasa, pero debes tener cuidado.
—¿Me ayudas a pararme?
—Claro —Susurró tomando mi cintura para levantarme.
—¿Me ayudarás a bañarme? —Su rostro cambio en segundos, no se descifrar su pensamiento, era un auténtico poema —Por favor.
—Dani, no sé si este bien —Me dejo sentada en la cama.
—Por favor, será rápido, lo prometo —Junte mis manos en súplica —Ya me conoces, y de verdad necesito un baño —Apretó los labios con fuerza y se sentó a mi lado —Por favor.
—Dale pues.
Me ayudó a llegar a baño y me sentó en el excusado, abrió el agua caliente dejando que se llenará la tina. Yo me quite las bragas dejándome sólo el vestido y me lave los dientes.
Logre ponerme de pie y sólo alce los brazos.
—¿Me ayudas? —Sonreí coqueta y él tomo el borde del vestido dándole un jalón para deshacerse de él.
Trago saliva fuerte.
De alguna manera retorcida me gustaba la reacción que provocaba, en mi mente enferma era una esperanza para un romance adolescente aun podía ser.
—Vamos que la bañera ya está llena —Me encaminó y me dejó sentada, se puso en cuclillas y comenzó a masajear mi cabeza.
En algún momento acaricio aquella cicatriz de la ocasión en la que me desmaye, ya estaba más que sana, pero, aun así, paso sus manos con delicadeza.
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Morena
RomanceDanielle Caballero es una chica de preparatoria que desarrolla una vida normal hasta que una bomba comienza problemas y chismes sobre ella, todo lo típico en adolescentes ¿No?