Ya me estaba acostumbrando a todo esto, realmente ya ni siquiera me importaba, no tenía ni el mínimo interés en solucionar nada, me daba igual lo que pensara la gente.
Dylan siendo uno de los chicos más populares, me obligó a ser conocida cuando fuimos novios, pero ahora, la fama me había llegado sola. Todos me conocían, algunos me defendían, otros me atacaban, pero todos me conocían.
—¿Cómo estás? —Pregunto Dante mientras me sentaba en la banca que compartía con él.
No me saludo, tampoco me pregunto en donde estuve, simplemente hizo esa pregunta como si eso fuera a responder todas sus dudas.
—Bien —Sonreí achinando los ojos.
Miro mi abdomen de una forma muy discreta, como alguien que no quiere ofender, pero se muere por el morbo.
—¿Estas bien? —Repitió, su voz era completamente seria, sin una pizca de emoción.
—No estoy embarazada.
En seguida soltó la respiración que estaba aguantando, aflojo los hombros y su rostro reflejo la satisfacción total.
—Tenemos que celebrar —Me abrazo con euforia —Ya estaba apuntó de comprar medallita, porque yo tenía que ser el padrino.
—Ni al caso —Me separe de su agarre.
—Entonces, ¿Vamos a celebrar? —Hizo una sonrisa demasiado grande, como la que le haces alguien antes de pedir un favor.
—Hoy saldré con Tristán —Respondí volteándome hacia enfrente.
Aunque no lo veía, pude imaginar cuál sería su expresión.
—Tú y Tristán —Grito —¡¿Son oficiales?!
—Cállate, nada que ver —Le golpee el hombro —Solo estamos intentándolo, aun no sé si me gusta, creo que es una buena persona y no perdería nada en probar, también es guapo, no sé, creo que me dejare llevar.
—Claro que sí —Miro hacia el suelo —Cuidado cuando te levantes.
—¿Por? —Copié su acción, pero no vi nada.
—Por toda baba que acabas de tirar hablando de él.
—Eres un estúpido —Golpee otra vez su hombro —Que tú no eras aliado de Archi.
—No, yo soy aliado del amor —Guiño su ojo con coquetería —Un fiel amante del deseo cargado con una pizca de prohibición.
—Eres un estúpido —Confirme.
—Chicos, buenas tardes —Anuncio su llegada el profesor —Continuamos con...
...
Como ya era mi mala costumbre, no sabía que usar, cobra dijo que era una fiesta que estaban organizando por el cumpleaños de "alguien", realmente nadie sabía de quien era, pero todos irían a celebrar, sin importar que fuera lunes.
Opte por usar algo casual, jersey largo color rosa y unos tenis blancos, acompañados con mi icónico chongo.
Tristán llegó a tiempo por mí, esa era una cualidad muy notable en él, eso y la fantástica manera de vestirse que, como ya era costumbre lo hacía lucir deslumbrante.
Al llegar notamos que era una casa más que grande, a la escuela que yo asistía era de "Niños ricos", por eso, era razonable todo este tipo de casas. A veces sentía que no pertenecía, esto chicos sacaban el dinero de su bolsa como si de caramelos se tratara, y a pesar de que la familia de mi padre daba una contribución exagerada a la escuela, según sus propias palabras "Es la tradición", eso no significaba que yo pudiera darme estos lujos.
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Morena
RomansDanielle Caballero es una chica de preparatoria que desarrolla una vida normal hasta que una bomba comienza problemas y chismes sobre ella, todo lo típico en adolescentes ¿No?