Edan y yo miramos a mi padre, y estaba igual que nosotros, no sabía qué hacer, pero de un momento a otro Edan tomo mi mano y comenzó a caminar hacia el elevador, pasando a un lado de Elena.
Sentí lastima por ella, se veía destrozada, pero eso no impidió nuestros pasos.
El elevador se abrió, y ambos entramos, Elena nos miraba, en realidad miraba a Edan, el cual le susurro una frase.
"Yo me encargo"
El elevador cerró sus puertas y bajamos, ambos nos miramos al entender que esto había sido una pésima idea, en cuanto se volvieron a abrir, ambos corrimos a la entrada, aún estaban Daniel y Natalia esperando su auto.
Los ojos de Daniel estaban inyectados en sangre, debo admitir que me dio miedo acercarme, parecía una bestia, los músculos de sus brazos y mandíbula estaban muy tensos, y su mirada era un proyectil, era ira pura.
Natalia solo temblaba, no sabría decir si de enojo o tristeza, su rostro lo tenía bajo.
—Señor, aquí tiene sus llaves —Dijo el joven entregando estas a Daniel, pero antes de que él pudiera tomarlas, Edan las arrebato.
—¡Dámelas! —Exigió Daniel, que hasta ahora había notado nuestra presencia.
—¡Mírate! —Le grito Edan —Tú crees que voy a dejar que te vayas así.
—¡Dame las putas llaves! —Daniel lo encaro, se plantó enfrente de Edan con un tono autoritario.
—Te dije que no, mírate, podrías ocasionar un accidente —Insistió mi hermano.
Daniel dio un paso más hacia Edan, definitivamente lo estaba tentando, el parking solo nos miraba en espera sobre si tendría que intervenir entre los 2.
—Tienes 5 segundos para darme las jodidas llaves o esto no saldrá bien para nadie —Amenazo Daniel.
—No te daré nada —Contesto Edan en el mismo tono.
Casi de inmediato Daniel dio el primer empujón, sin mucha potencia, apenas hizo mover el hombro se Edan, y enseguida como si de una chispa se tratara yo lo empuje a él con mucha más fuerza, haciendo que se tambaleara.
—Nos estamos preocupando por ti imbécil, así que vas a subir al estúpido coche y dejaras que Edan maneje, ¿Lo entiendes? —Dije.
Todos me miraron probablemente no debí hablarle así y que fue inconsciente empujarlo en su estado, pero jamás permitiría que nadie le tocara a mi hermano.
Daniel me miro de una manera muy extraña, sonrío y cerró los ojos.
—Como tú digas —Murmuro al fin.
Enseguida Edan se adelantó, le tomo la mano a Natalia, que seguía estática y le abrió la puerta del copiloto, ella obedeció subiéndose al auto.
Daniel y yo seguíamos mirándonos, el con intriga y yo con furia, era como si ambos esperáramos el momento para atacar al otro.
—Vamos, Nani.
Mire a Edan y ya tenía la puerta trasera abierta para que yo entrará, camine y me subí, en seguida se abrió la puerta contraria y se subió Daniel.
Para todos, el camino fue un completo desastre, la idea de que Natalia se fuera de copiloto no funcionó pues solo lloraba en voz baja y no apoyaba en nada a Edan, Daniel seguía molesto por lo que solo miraba la ventana moviendo su pierna de arriba a abajo como si fuera resorte y como si no fuera poco yo comencé a sentirme muy mareada, el estómago se me había revuelto, la comida me había caído demasiado pesada.
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Morena
RomanceDanielle Caballero es una chica de preparatoria que desarrolla una vida normal hasta que una bomba comienza problemas y chismes sobre ella, todo lo típico en adolescentes ¿No?