Las personas actúan en su gran mayoría de forma violenta cuando se sienten atados, y se dice que es normal, es un estímulo de defensa del ser humano, pero para mí esto era nuevo, no solía reclamar, o golpear, o discutir, al contrario, lo evito a toda costa, creo que al final pierdes más de lo que ganas y puede que sea cobardía disfrazada de sosiego, pero prefería quedarme en ese punto.
Todos me miraban sorprendidos, algunos gritaban haciendo más bulla para que continuará nuestra pelea, mientras que otros querían entrar, solo esperaban el mínimo contacto para soltar golpe.
Sentía que me sofocaba, mi pecho se apretaba y mi respiración se alteraba. Varias chicas me miraron furicas con los ojos llenos de llamas de venganza, debo admitir que este podría ser mi final. Una mano me rodeó la cintura y jalo de mi hasta la entrada de la casa, dejando abucheos de la gente.
—Vamos a casa, Morena —La voz de Archi, hizo que volviera de mi trance —Respira, tranquila, respira —Colocó sus manos alrededor de mi cabeza, y planto un beso tierno en mi frente, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo —¿Estas bien, morenita?
—Si —Mi respiración comenzaba a regularse —Solo necesito aire.
—¿Qué pasó Danielle? —Tristán salió corriendo de la casa.
—¿Te llevo a casa? —Archi ignoro a Tristán.
—Estas ebrio, ¿Tú piensas que te permitiré que te la lleves en ese estado? —Tristán se paró frente a nosotros de forma retadora, lo cual hizo que yo me sorprendiera.
—Es que no te estamos pidiendo permiso, ni siquiera la conoces —Archi empujo ligeramente su hombro.
—Pues, aunque la conociera tú no dejarías que la llevará o ¿Si? —Miré a Tristán, no sabía de qué estaba hablando —Ya me disculpé con él, pero parece que tengo que pedirle perdón a media ciudad.
—No voy hablar de eso ahora —Gire mi cabeza hacia Archi, no entendía nada —Vámonos —Dijo hacía mí.
—Eh dicho que no Alexander. No seas inconsciente.
No quería dejarlo, pero Tristán tenía razón, no era la primera vez que manejaba de esa manera, y que aún no nos haya pasado nada, no significaba que estuviera bien lo que hacíamos.
—Tú no seas inconsciente, si no me la llevo ahora, alguien va salir por esa puerta dispuesta a golpearla y probablemente no sea solo una.
—¡¿Qué?! —Dije casi en un grito.
—Nadie va a salir, vamos a regresar por esa puerta y la vamos a pasar bien —Respondió Tristán hacia mí, era obvio que él se quería quedar más tiempo.
—Tú no sabes cómo se manejan las cosas aquí, eres nuevo y no lo comprenderías.
Y justo en ese momento la puerta se abrió como si de una predicción se tratará, la figura de varias personas se dejaba ver, pero resaltaba una, y efectivamente era ella.
La chica estaba frenética, era una fiera en todo el sentido de la palabra, su nariz sangraba ligeramente, e inconscientemente me mire la mano, tenía los nudillos algo rojos.
Ella cada momento se acercaba más y la bola de gente también, me quedé paralizada, esto en definitiva no era buena idea. Tenía miedo, Archi se movió de tal forma que quedó delante de mí como barrera.
Ya podía sentir mi cabeza estrellada en el suelo.
—¡Hey! —Grito alguien dentro de la bola haciendo que todos lo voltearan a ver, incluyendo la chica —¡Paren ya con esto! —Reconocí la voz, era Dylan, no pude evitar asomar la cabeza para verlo, él se hacía paso entre la gente para quedar al frente —Es enserio que quieren ver a 2 señoritas, muy lindas, pelearse y hacer desfiguros.
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Morena
RomanceDanielle Caballero es una chica de preparatoria que desarrolla una vida normal hasta que una bomba comienza problemas y chismes sobre ella, todo lo típico en adolescentes ¿No?