pucheros |taekook omegaverse|

#45.

Actualicé antes.

—¿A qué se debe este repentino cambio de look? —Taehyung frunce el ceño, y yo aprieto los labios

—Lo necesitaba.

Puedo sentir la mirada de amigo muy fijamente sobre mi persona. Es tan intensa y filosa que me hace tragar saliva.

Me gustaría al menos escuchar un halago de su parte...

—Me gusta. —menciona con una leve sonrisa.

Oh.

—¿Si? —me rasco la nuca. —Gracias, hyung.

Nuevamente había sido un cambio de look impulsivo.

Mi cabello ahora era más corto y teñido de un café oscuro, que simulaba mi color natural de nacimiento.

—Te ves diferente.

—Si, bueno, ese era el plan.

Taehyung niega con la cabeza. Se inclina hacia delante provocando que su rostro quede a la altura del mío. Sus feromonas golpean mis narices y yo trago saliva.

—No me refiero a tu cabello. —menciona analizándome con la mirada. —Es algo.

—¿A-algo? —doy un paso hacia atrás inconscientemente porque su cercanía me atormenta.

—Si, puedo no puedo descifrar qué es.

A pesar de estar algo intimidado, mi personalidad siempre tiene que salir a relucirse:

—¿Pero me veo lindo? —sonrío.

—Muy feo, en realidad. —la sonrisa que pone cuando dice aquello me provoca querer ahogar un grito contra una almohada.

¿En serio pensé eso?

—Bueno, tú estás más feo aún. —no es cierto. —No sé cómo puedo ser amigo de alguien tan feo como tú.

Tae, aún sonriendo, posiciona una de sus manos sobre su pecho alzando las cejas.

—¿Yo? ¿Acaso te avergüenzo?

—Bastante. —me encojo de hombros. —Tan feo como un sapo.

Aquí es donde no aguanto la carcajada porque jamás antes pensé en comparar al Alfa con un sapo.

—Hey, tal vez necesito besar a la persona adecuada para hacerme príncipe. —me da un suave empujón con el hombro.

¿Besar?

Carraspeo mi garganta alto, —O tal vez necesitas visitar un salón de belleza… ¡En fin, vámonos a clase ya!

Cuando comenzamos a caminar a través del largo pasillo que nos lleva a nuestra próxima clase en el día, una notificación hace vibrar mi celular. Saco el objeto de mi bolsillo y leo el mensaje en la barra de notificaciones.

De “.”:
Podemos hablar?

Me muerdo la mejilla interna.

¿Por qué me está mensajeando ahora? Ha pasado un año ¿Y me está buscando?

No me doy cuenta que Tae está nuevamente  inclinado  hacia mi hasta que pregunta: —¿A quién tienes registrado como un puntito?