pucheros |taekook omegaverse|

#131.

🍃disfruten. lxs leo🍃

Cruel Taehyung usando a Nayeon para darme celos. Es evidente, pues, ¿por cual otra razón estaría pasando tiempo con ella?

Casi quiero reírme en la cara de ambos. Se ven ridículos, tan poco naturales. Tae necesita hacer un buen trabajo porque puedo ver en su rostro lo aburrido que está.

Contemplo la posibilidad de acercarme, ¿acaso necesita que le dé un show? Me lo agradecería.

Dándole la última calada a mi cigarro, mis ojos recorren la silueta del Alfa. Está usando unos jeans de mezclilla, converse negros y una camisa simple café. Las hebras de cabello le caen desordenadamente por la frente, de su cuello colgando una fina cadena dorada.

Joder, necesito otro trago de alcohol.

Se ve tan guapo que duele.

Y eso me enoja, porque no puedo llegar a plantarle un beso en los labios.

Seguro que eso le gustaría. Seguro que extraña pedirme besos.

—Jungkookie. —la voz de Jimin me hace rotar el cuello hacia él. Está parado enfrente del sofá en el que me encuentro. Sonríe: —¿Qué haces aquí solo? ¿Dónde están los demás?

—Vine a descansar un poco. Jongin y Miyeon están bailando. —suspiro, rascándome la nuca— No sé dónde está Sana, ¿y tú?

Jimin suelta una risita.

—¿Yo qué?

—Te perdiste en cuanto llegamos.

No me sorprende cuando intenta ajustarse conmigo en el mini sofá. Coloca las piernas encima de mi regazo, poniéndose cómodo.

—Tenía unos asuntos pendientes. —responde sin más— En fin, ¿cómo te la estás pasando?

Me lamo los labios, —Bien.

—No parece.

—No me viste bailar antes. Me divertí.

Jimin se ríe, probablemente encontrando mi actitud defensiva.

—Relájate, Jeon. —sus ojos se desvían a lo que sucede a mis espaldas. — No creo que Nayeon despierte la atención de tu Alfa.

Me quedo en silencio un rato.

—Eso no me preocupa.

—¿Ah, no?

—No.

—¿Entonces qué es lo que te tiene amargado en plena fiesta?

Quiero decirle que no estoy amargado, pero, termino diciendo otra cosa, como si mi cerebro no se molestara en procesar las palabras antes de escupirlas.

—El no estar lo suficientemente borracho.

Los ojos de Jimin vuelven a observar por un segundo lo que sucede a mis espaldas, luego me mira, alzando las cejas.