pucheros |taekook omegaverse|

#104.

🍃Gracias por leer. Cap 'largo'🍃

Observo a Taehyung, quién explica lo sucedido con cuidado mientras me tiene envuelto en sus brazos y singular aroma.

—Wonwoo se fue cuando... casi perdí la conciencia —su dedo pulgar acaricia mi pómulo. —No sé cuánto tiempo estuve tumbado en el suelo hasta que tuve las fuerzas de levantarme. Tuve que explicarle a papá lo que pasó y se puso como loco. Me llevó al hospital inmediatamente.

>>Me tomaron radiografías, revisaron mis signos vitales, y limpiaron mis heridas. N-no quise contarte la verdad de forma tan repentina. Sabía que te pondrías mal, así que preferí fingir estar enfermo.

La culpabilidad me carcome desde la cabeza hasta las puntas de los pies.

Quiero vomitar.

—Tae... —murmuro de forma débil. Tengo que desviar la mirada porque se me empañan los ojos de lágrimas por milésima vez en el día. —Lo siento mucho, yo-

—No. Sé lo que estás pensando. —me interrumpe antes de tomarme de la barbilla para generar contacto visual. —No es tu culpa. Yo no sé lo que pasó entre ustedes, pero independientemente de eso no te puedes culpar por las acciones de los demás, de él.

Niego con la cabeza, —Es que no lo entiendes.

—Kook-

—Déjame hablar ahora, por favor.... Es mi turno de contarte la verdad, hyung.

Taehyung traga saliva. Puedo sentir una de sus manos envolver mi muslo de forma reconfortante. Me brinda un agradable calor.

—No quiero que te sientas apresurado.

Sorbo mi nariz.

—No es así.

Estoy asustado, y aunque no debería de estarlo, no puedo evitar sentirme de esa forma.

Tae es mi mejor amigo. Sé que me quiere, que me comprende, es paciente también... sin embargo, tengo miedo de que me vea diferente y que su perspectiva sobre mi se modifique por el pasado.

Probablemente no sea la gran cosa la historia entre Wonwoo y yo. Una relación tóxica en sí. No obstante, lo que me dejó marcado y traumatizado fue lo mal que me dejé tratar; como alguien sin valor.

Perdí mi amor propio por quererlo a él sin importar nada.

Los ojos de Taehyung lucen suaves. Me animan a hablar sin prisas, sin siquiera formular palabras.

¿Merezco a Tae?

Me muerdo el labio inferior con fuerza. El dolor físico que me provoco me distrae de mis pensamientos al menos por unos segundos.

Tomo una respiración profunda y no me parece suficiente. El corazón me late dolorosamente contra la caja torácica. Estoy muy nervioso.

Llevo las manos a los hombros del Alfa y le miro casi suplicante:

—¿Te puedo dar un beso?

Tae sonríe levemente, —Si.

Cuando colisiono mis labios con los suyos, me siento bastante bien.