#54.

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—¿Malvaviscos? —Tae me enseña una bolsa repleto de ellos.

—No creo que vengan en la lista. —bajo la vista hacia la hoja de papel que sostengo con la mano izquierda, mientras que con la derecha empujo el carrito del supermercado.

Cuando el señor Kim mencionó que tenía que realizar las compras del mes no pude evitar ofrecerme para hacerlas en su lugar, ya que había mencionado que se encontraba muy cansado por su trabajo.

Y obviamente arrastré a Taehyung conmigo.

—¿Y chocolates? —me enseña esta vez un paquete.

—¡Tampoco! —frunzo el ceño. —Solo compremos lo necesario. No es mi dinero.

Mi mejor amigo rueda los ojos, —Si lo que sea, ¿Ya casi terminamos? Me duelen los pies.

¿En qué momento se convirtió tan quejoso? Se parece a mi.

—Falta un kilo de uvas. —empujo el carrito.

—¿Uvas? Son muy caras. —el Alfa menciona. 

—Lo sé. 

—¿Que más viene en la lista? —se inclina para poder leer la hoja a mi lado. —¿Vino? No podemos comprarlo.

—Tambien lo sé. Ser menor de edad es un privilegio y una pesadilla. —hago un puchero. —Por lo menos tu ya cumplirás dieciocho este mes.

Sí, cursamos el mismo grado juntos, sin embargo él es mayor que yo por un añito. Nunca me especificó porque perdió un año escolar.

Tae me mira esbozando una pequeña sonrisa.

—¿Qué me vas a regalar?

—¿Qué quieres? —finalmente entramos al área de frutas. De reojo miro al Alfa muy pensativo. —¿No te parece suficiente con un abrazo de oso mío?

—Los abrazos no son regalos. —me alcanza a picar una costilla por lo que mi cuerpo se dobla voluntariamente.

—¡Ay! —me quejo e intento empujarle, pero no se mueve ningún centímetro. —¿Cómo un abrazo no es un regalo?

—No lo son.

—Pero es un abrazo mío, no de cualquiera. —guiño un ojo.

Tae parpadea repetidamente, —Te lo dejaré pasar solo porque eres tú.

No estoy seguro de cómo me siento cuando le escucho decir aquello, pero mi corazón definitivamente late más fuerte de lo normal.

Un par de minutos más tarde, tenemos todos los productos necesarios en el carrito. Tae y yo nos dirigimos hacia las cajas para pagar.

—¿Qué es esto? —le fulmino con la mirada cuando me doy cuenta que la bolsa de bombones está en el carrito. 

Ni cuenta me dí.

Mi mejor amigo intenta esconder una sonrisa, —No sé de qué hablas.

Suspiro.

¿Cuánto dinero traigo en mi cartera? Creo que el suficiente.

—Yo te los compraré.

—No. —Tae me los intenta arrebatar pero los aprisiono entre mis brazos. —Kook, yo soy mayor que tú. 

Eso me hace reír.

—¿Y que? ¿No te puedo comprar algo o que? 

—Es raro. —frunce el ceño para después susurrarse a si mismo: —Debí traerme mi cartera.

—No te pongas en ese plan. Te quiero comprar algo y lo haré. —yo también frunzo el ceño. —Y si no los quieres me aseguraré de comprarlos y no darte.

Suspira.

—¿Me quieres consentir? 

—Si, como un Omega mimado. —me atrevo a decir con burla.

La señora que está pasando los productos por el lector de código de barras nos está mirando raro.

—Alfa mimado. —corrije. —Tú eres el Omega mimado.

—No lo soy. —le clavo el dedo índice en el pecho.

—¿Y lo quieres ser? —alza las cejas.

Oh.

Carraspeo para evitar que ponga su atención en mis mejillas calientes. Tampoco puedo pasar por alto su tono de voz casi sugestivo.

Pero entre los dos, yo soy el más sugestivo y atrevido (después de todo, fui yo quién me acerqué a él primero) así que digo: —Sorprendeme, hyung.



pucheros |taekook omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora