#119.

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—Nos vamos. Tengan cuidado. —el señor Kim observa a sus padres, para luego mirar Tae y a mi. —Estaremos pendientes.

El rostro me quema de vergüenza. Por parte de Taehyung, este solo tiene los labios hechos una línea fina.

Sabemos que una plática entre nosotros cuatro se aproxima.

—No se preocupen. No es como que estos niños sean difíciles de cuidar. —el abuelo Kim, completamente ajeno, hace una expresión que explica poco interés. —Diviértanse en su cita.

—Si, si, diviértanse. —Tae murmura con cansancio.

Después de ser 'pillados' la noche anterior, Jihun se mostró desconcertado. Si bien antes pensaba que había algo entre Tae y yo, eso no lo detuvo de sorprenderse al confirmarlo con sus propios ojos.

Nos quedamos en silencio casi un minuto entero. Tuve que ocultarme los labios hinchados con una mano, sin embargo, de nada sirvió hacerlo porque había rastro de mi gloss sobre los de Taehyung.

Jihun sonrió levemente y dijo, —Tengan cuidado.

Era obvio que Jihun le había contado este acontecimiento al señor Kim. Durante el desayuno, este no habló mucho, simplemente nos lanzaba miradas que se podrían interpretar de mil formas.

En ese momento, mi mejor amigo se inclinó en mi dirección y susurró: —Creo que estamos en problemas.

Me dió una pizca de ansiedad.

Al menos logré sentirme mejor cuando Jihun mencionó que tendrían una cita hoy, en nuestro último día en Daegu.

Significaba que no estarían cerca por un par de horas.

—Adiós. —la pareja se despide antes de cerrar la puerta principal y dejarnos a todos en silencio.

—Bueno, ahora estamos los más jóvenes en casa —dice la abuela Kim, con una sonrisa que pronuncia sus arrugas. Alcanza a acariciarme el cabello. —¿Me ayudan a hornear un pastel?

La propuesta me maravilló.

Tae se queda sentado viendo algo en su celular. Dice que irá en un segundo. El abuelo Kim murmura que tomará una siesta, pero, ¿yo? Me levanto del sofá con rapidez, aplaudiendo con emoción.

—¡Claro! —persigo a la anciana hasta la cocina.

Ella saca bastantes ingredientes de las alacenas. Sonríe, —¿Qué sabor te gusta, Kook-ssi?

—El que usted quiera. No importa.

—Claro que importa. Quiero hacer feliz a mi invitado.

Su sonrisa se me contagia. Es muy agradable. Me recuerda a los abuelos que alguna vez tuve y nunca logré entablar una relación cercana.

Oh, entonces... ¿puede ser chocolate? —un puchero natural aparece en mis labios.

Pero Taehyung aparece en la cocina diciendo, —Yo quiero de fresa.

No nos termina convenciendo. Los tres horneamos y decoramos el pastel gran parte de la tarde.

Tal vez Tae me roba uno que otro beso cuando la abuela se da la espalda para hacer algo.

pucheros |taekook omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora