Hace dos siglos, la aparición de un asesino serial aterrorizó a toda Clover. Los casos de descuartizamientos cubrieron al país, al punto que las personas temían salir de sus hogares al caer el sol.
La ola de crímenes inició con muerte de prostitutas para seguir con civiles comunes, lo que incitó la vigilancia bajo documentaciones especiales de circulación. Cualquiera podría ser el perpetrador y la desconfianza hizo sospechar hasta de los vecinos que acabaron acusándose entre ellos.
Bajo ese caos sin sentido, la noble familia Thermesos, descendientes de la raza asesina Khami, se abrió paso para construir su imperio de la locura. Como familia ejemplar, la duda hacia ellos se desvió de inmediato lo que les daba la oportunidad de instruir en silencio a sus sucesores en el oficio de asesinos.
Los años pasaban y sus ataques se fueron reduciendo para tranquilidad del pueblo o eso parecía. Simplemente se habían refinado en gustos y su predilección se inclinó a determinadas personas de alcurnia. No fue sino hasta hace 40 años que su gloria se salpicó por la intervención de los reyes de aquel entonces, que dedicaron su tiempo y energía para acabar con su estirpe.
La razón tras la cacería secreta, se debió a que se volvieron los enemigos por excelencia de los Acechadores de Jinn. La raza Khami eran amantes de la sangre pero para los Termesos, matar acechadores era su razón de ser. Ellos habían nacido para exterminarlos y eso era un problema.
El único sobreviviente de la masacre de la casa Thermesos, Giorgio, huyó a tiempo pero su sed de sangre iba en aumento a medida que crecía. Si bien formó familia, como carnicero se llevó a sus dos hijos para enseñarles a trabajar pero a su hijo mayor, le dió un cultivo más amplio sobre la muerte.
El único inconveniente en su vida era su astuta esposa, Laurana, quién sospechaba de la presencia de una amante al verlo actuar raro.
Si bien no existía una amante como tal, su mujer no estaba satisfecha con sus peregrinas excusas y con tal de hallar las pruebas de infidelidad, bajó al sótano de la carnicería para toparse con la escena más macabra de su vida.
Restos óseos, miembros humanos colgados de ganchos en los techos, cadáveres secos, triturados y otros desangrándose en baldes para ser preparados como carne picada eran visibles a simple vista. El vómito con las arcadas no tardaron y en el instante de huir, su esposo llegó sosteniendo un cuchillo de carnicero.
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Matrimonio por Conveniencia
RandomHarta de soportar a un marido infiel, una cuñada entrometida y a medio mundo que se puso en su contra, la condesa Miriel optó por planear un divorcio conveniente. -Ella y el conde son unas víboras háganme caso y empaquen sus maletas- planeaba sacar...