Después de casi cuatro meses fuera del país, la emperatriz retornó como una persona completamente distinta a la que se marchó.
Pensamos que quizás la medicación constante cambió su actitud desafiante a uno manso pero lo que menos esperábamos, fue que Nimue revelara que el motivo fue la paliza que recibió de mi consuegro.
El esposo de Miriel, resultó ser un monstruo más cruel que la misma Sidonie y antes que darle el gusto, la mantuvo entrenando hasta que dominó parte del arte de la espada.
Tal vez por eso, ahora era más educada que espantaba. Aunque aquello no fue lo más extraño, puesto que regresaron acompañadas de una vampiro que actuaba como su escolta.
Sheridan Karnstein dijo ser la informante de los pilares en el exterior al igual que su amante que se mantenía en el palacio de Clover y que pronto iría a buscar para sacarle el sello de sangre.
Miriel se encargó de quitarle los grilletes que la sujetaban a Monroe y colocándole un escudo mágico, ninguna lechuza la apresaría nuevamente. Ante esto, Sheridan prometió servirnos de intermediaria y espía entre las brujas para obtener su venganza.
-¡Me ha salvado su santidad! Juro que cumplí, cumplo y cumpliré la promesa de su antecesor para con mi familia de guardar la ubicación de la verdadera bóveda.- con la cabeza en el piso, Sheridan agradecía a Lancelot
-Solo curé tu dolor. Ahora deja de hacer cosas inútiles.- leyendo el periódico, Lance no le prestaba atención
-Ya lo oíste y si tanto quieres devolver el favor, cumple tu misión. Stuart, dale a esta mujer algo para infiltrarse en Clover y que le de mi obsequio a esa perra!- la emperatriz nos observaba molesta
-Un brazalete que potencie tu habilidad cambia formas servirá. De paso, vigila la archidiócesis y ve que traman. Los demonios han dejado de poseer a los cloverianos para dirigirse extrañamente al campo de batalla- temía por mis hijos que estaban allá
-Callighan debe saber más. Cuando la encuentre, serán los primeros en enterarse- sacudiendo sus pantalones, miraba con pena a Sid que se fue a tomar su medicina
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Matrimonio por Conveniencia
AcakHarta de soportar a un marido infiel, una cuñada entrometida y a medio mundo que se puso en su contra, la condesa Miriel optó por planear un divorcio conveniente. -Ella y el conde son unas víboras háganme caso y empaquen sus maletas- planeaba sacar...