Harta de soportar a un marido infiel, una cuñada entrometida y a medio mundo que se puso en su contra, la condesa Miriel optó por planear un divorcio conveniente.
-Ella y el conde son unas víboras háganme caso y empaquen sus maletas- planeaba sacar...
-No sé qué truco usó para revelar esa monstruosidad pero eso no les da derecho a querer apropiarse de mi investigación!- Pinkerton vociferaba iracunda a los sacerdotes del azorbispado
-Hija, este asunto pasó a los terrenos de dios. Sólo sus siervos pueden resolverlo mientras las ovejas permanecen protegidas por el pastor.- Salazar reclamaba los documentos sobre los asesinatos en Clover
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-Obispo, la Srta Pinkerton ha volcado su tiempo en resolver los casos más dramáticos que se hayan presentado. No sería mejor aliarse? Su fama le precede y quien mejor que ella para atrapar a las brujas. Piénselo, una ayuda no viene mal o pretende que la santa sede y la mejor detective del mundo acaben en malos términos?-
Intercediendo entre ambos, LaVey buscaba un punto medio de negociación para no perder a Pinkerton y que su plan se viniera abajo.
-Mmm...cómo es que siempre tienes razón? Es como si tuvieras un poder de convencimiento otorgado por dios jaja. Está bien! Detective, cooperando espero me de las pistas que necesito y de nuestro lado le daré la oportunidad de alzarse con el reconocimiento de haberlas atrapado. Qué dice?- extendiendo la mano, aguardaba su respuesta
-Le conviene o terminarán llevándose todo su esfuerzo. También puede que le den trabajos más grandes a futuro si accede- LaVey la incitaba a aceptar
-Más le vale que me de espacio de maniobra y me deje participar en las indagatorias o le juro que se arrepentirá- estrechando sus manos Pinkerton y Salazar habían formado alianza
Cuando estaban poniéndose de acuerdo, Matthew Lagarde se puso a gritar en el pasillo del cuartel de policía. Su esposa fue detenida por la iglesia bajo la presunción de brujería y filicidio, lo que lo encolerizó. Todo explotó luego de seis horas de interrogatorio donde se percató que la coartada de la mujer con quien se había casado, resultó ser puro humo.
La noche del doble infanticidio, Arianna no había ido a casa de su madre y menos se cruzó con sus parientes. Ella jamás llegó a la supuesta reunión en tanto su esposo, se dedicó a tratar de encontrar a sus hijos junto a sus amigos y la policía.
Al ser convocados, los involucrados en la investigación declararon no haberla visto hasta el amanecer. Las respuestas a las preguntas se volvieron tan macabras, al punto que lo único que quería Matthew para entonces era el divorcio. Su esposa fingió todo el tiempo y acabó traicionando su confianza. Al conocerse la noticia de que una bruja mató a sus hijos, la familia Lagarde cortó toda relación y demandó a la familia de Arianna.
-Señor Lagarde, tranquilícese!- los policías trataban de apaciguarlo
-No! Quiero que esa desgraciada pague por lo que hizo!- el divorcio era lo que más ansiaba
-Mmm...por lo visto esto se volverá recurrente. Una ola de divorcios no era lo que esperaba- LaVey miraba a través de la ventana
-Tendré que hablar con el caballero. Detective, me acompaña? Será entretenido, se lo aseguro- Salazar abrió la puerta
