Harta de soportar a un marido infiel, una cuñada entrometida y a medio mundo que se puso en su contra, la condesa Miriel optó por planear un divorcio conveniente.
-Ella y el conde son unas víboras háganme caso y empaquen sus maletas- planeaba sacar...
Mika había huido destruyendo todo a su paso. Desde puestos del mercado, asustando a los transeúntes y lastimando a los incautos en el camino hasta llegar a la residencia de Madame FruFru. En busca de un salvoconducto que la sacáse del país, entró por la puerta de servicio para ser recibida como si la hubiesen estado esperando y la anfitriona de la casa comenzó apaciguándola para llevarla hasta la recepción.
Ante todas las quejas de Mika, FruFru actuaba como si le entrara por un oído y le saliera por otro asintiendo constantemente. Cuando por fin creyó estar a salvo, los empleados se le fueron encima para inmovilizarla y vió como la puerta principal se abría para dar paso a los agentes de la ley.
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FruFru había hecho tiempo para retenerla hasta que la capturaran y la perfidia con la que le sonrió a Mika, expusieron su negativa a seguir apoyándola. En medio de forcejeos, FruFru se despidió de ella con un abrazo y susurrándole una última aclaración.
-Ya sabemos lo que hiciste e irá por ti, ladrona-
Con un falso lamento por perder a su amiga de años, FruFru fue sostenida por su mucama mostrando una mueca de asco que se confundiría fácilmente con dolor.
La capital estaba en caos por el acontecimiento y por increíble que pareciera, alguien había hecho llegar la primicia a los tres periódicos más famosos de Clover con pruebas fehacientes antes que siquiera fuera de conocimiento público y para empeorarlo, la noticia se esparció a los países vecinos. Nadie sabía quién se había tomado la "molestia" de poner al tanto a la población y la policía como las lechuzas, quedaron perplejas tratando de descubrir quien lo hizo.
La ira del pueblo estalló cuando leyeron las aborrecibles y cuestionables actividades cometidas por quien no dudaron en tildar la "Viuda Negra". Se agolparon frente a la comisaría a exigir justicia por todos los maridos muertos y niños desaparecidos por su causa hasta que por la presión social, debieron llevar a Mika a la prisión.
Otra cosa que puso en vilo a los investigadores extranjeros, no fue sólo todo el despliegue policial y mediático del caso sino que ya había sido pactado un juicio para el día siguiente como si alguien buscáse sacarse a Mika de encima rápidamente.
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