Por la horda

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La fría morgue, conservaba varios cadáveres que serían usados en las prácticas médicas pero algo, se paseaba entre los refrigeradores.

Un humanoide reptil que saboreaba la sangre y vísceras de los finados, se alimentaba rápidamente para recuperar fuerzas

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Un humanoide reptil que saboreaba la sangre y vísceras de los finados, se alimentaba rápidamente para recuperar fuerzas. Desde la caída de Bennet hasta la fecha, la debilidad se tornó un problema habitual que empeoraba día con día.

La magia de Mayhew, estaba siendo drenada por motivos desconocidos y eso lo orilló a tomar la insana decisión de consumir muertos como un necrófago carroñero. Para variar, el contenedor estaba pudriéndose más rápido de lo habitual, por lo que requería mudar de cuerpo en cuanto antes.

Sus opciones eran escasas y lo único que se le ocurrió, fue usar de recipiente a su peor enemigo; Newton. Las ocasiones donde tuvo la desdicha de chocar con el, Mayhew reparó en que el muchacho a parte de cerebro, tenía una musculatura bastante decente como si entrenara constantemente y a medida que pasaba el tiempo, más guapo se volvía. Sumado a que estaba casado con la mujer que anhelaba, le pareció conveniente.

Enviando un explorador para atraerlo, visualizaba que pronto, se zafaría del tedioso trabajo de tratar con los políticos, militares y quien dice, hasta con la misma emperatriz.

Al escuchar que abrían la puerta, Mayhew dejó su cena a medias para saludar a los visitantes.

-Lo hiciste bien. De haber sabido que caería tan fácil, hace años lo hubiera poseído- su lengua bífida, bailaba emocionada

-...- tiritando, el explorador desviaba la mirada

-¿Qué? Hmp...a veces son tan patéticos. Aún siendo una parte de mí, tienden a cometer errores pero esta vez, debo felicitarte- acariciando a la joven, esta se desplomó cuando el humo negro se desprendió de su cuerpo

Retomando su misión, Mayhew, estudiaba al muchacho que curioseaba entre los cadáveres y fue a su encuentro.

-Descuida, cuando seamos uno, tu habilidad médica florecerá...en mí. ¿Eh?- a punto de liberarse, el reptil humanoide se sorprendió al escuchar que alguien buscaba a Newton

Paulette entró y al notar que Mayhew puso su mano en la cabeza de su marido, el enojo sobresalió.

-Basta, ya estoy harta!-

-¡Kiendili!-

-¡Kiendili!-

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