-La alfombra abrió su laberinto. Hmp! Callighan, averigua cómo hizo para entrar. Si logro hallar el corazón primero, aquella humillación quedará enterrada- Monroe analizaba el mapa que apareció
-Resultará difícil. FruFru es implacable protegiendo lo de su señora- la imagen en el espejo, era renuente a volver a obedecer
-Tch! Si tu familia te hubiera pasado el secreto de acceso, no estaríamos en esta condición. Haz tu trabajo y deja de quejarte o será acaso que, ¿quieres que me desquite con Karnstein?- amenazándola en su punto débil, se salía con la suya
-No...lo haré. Me colaré al palacio en vista que la emperatriz tomará el país próximamente. Recibirá los resultados en breve- Callighan se inclinó
-Aceptación...Ese lunático si supo elegir el nombre, quiere decir que mi laberinto es el correcto. No olvides, si fallas, la vida de tu amante está en mis manos- desvaneciéndose del espejo, Monroe dejó inquietud
Reincorporándose, Callighan fue abrazada por Karnstein que la consolaba.
-Nos la van a pagar. Mientras estemos juntas, no dejaremos que salgan vivas-
-Tiene razón, por ello, no se distraigan. Todavía no obtuvimos la contraseña- limpiándose las manos llenas de tiza, Charlotte las llamaba
Stuart, Kashmir, Seamus, Portgas, Ness y Mcqueen, escribían hipótesis de a qué hacia referencia el acertijo en la entrada del laberinto. Llevaban años tratando de dilucidar el enigmático poema y estaban perdiendo la paciencia.
"De la sangre de los pioneros,
se hizo polvo de estrellas.
Solo lo percibe el ladrón,
y aquel que camina entre tumbas.
Las siete hermanas lo llaman destino,
yo te llamo mi luna."-No entiendo. Haa!- el aburrimiento, los hacía bostezar
Al escuchar a varias personas bajar las escaleras, todos quedaron intrigados al ver a Sidonie llegar con Murray, Lance y Rasmi.
Se habían ido hacia varios días atrás y su abrupto regreso sin aviso, les dió mala espina.
-Supimos lo de Moonbow. Mis más sinceras disculpas al no prever esta desgracia...¿eh?- al ser arrastrada, Charlotte quedó frente a Sid
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Matrimonio por Conveniencia
RandomHarta de soportar a un marido infiel, una cuñada entrometida y a medio mundo que se puso en su contra, la condesa Miriel optó por planear un divorcio conveniente. -Ella y el conde son unas víboras háganme caso y empaquen sus maletas- planeaba sacar...