Who Let the Dogs Out...Woof, Woof, Woof

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Creo estar empezando a odiar venir al colegio. Tanto tiempo entre pacientes psiquiátricos y cadáveres me hicieron consciente de cuan banal es estar rodeado de jóvenes de mi edad.

Demasiado cuchicheo y halagos de mis compañeros me pusieron en el ojo de la tormenta pero a mi hermano como a Elvis no parecía importarles. Fuera de eso, los reclutadores del palacio eran más fastidiosos que ninguno.

Buscaban a lo mejor de lo mejor entre el alumnado y con los archivos de cada estudiante, iban a cada clase a vigilarnos. Si hallaban a alguno que llenara su expectativa, para corroborar llamaban a aquellos sobresalientes.

Entre los cinco nos pusimos de acuerdo en no mostrar todos nuestras habilidades pero para mi mala suerte, me llamaron para una entrevista el primer día

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Entre los cinco nos pusimos de acuerdo en no mostrar todos nuestras habilidades pero para mi mala suerte, me llamaron para una entrevista el primer día.

Preguntas como desde cuando estaba interesado en la medicina, quién me recomendó y por qué, hasta hacerme un examen de conocimiento técnico el cual tuve tener cuidado para fallar. Sirin me advirtió que probarían mi nivel y que su insistencia era demasiada sospechosa para ser solo un test para entrar a trabajar al palacio.

Al corregir el examen, negaban con la cabeza y preguntaron por qué el doctor Lombroso me seguía enseñando si desconocía lo básico. Al contestar que yo solo era su asistente por recomendación de mi tío y le ayudaba con la documentación o el instrumental médico pero que a veces era tedioso, me dejaron ir.

Lo último que escuché al cerrar la puerta, fue que era un inútil engreído que solo buscaba alardear y que tacharan mi nombre de la lista.

-Dijeron eso?- Marjie quedó atónita

-Algo olía raro y más que nervioso, me daban ganas de meterles la pluma fuente en la yugular. Fue abrumador- abrí la ventana del carruaje para tomar aire

-Es raro que hagan tantas preguntas pero no exageres con querer matar gente porque solo te molestaron- oh, Sirin y su madurez repentina...

-No, literalmente olían raro. Era un hedor que no puedo describir y que hacían gritar una alarma en mi cabeza de "Mátalos". Conozco el aroma a muerto y esto tenía edor a podrido en serio. Traté de aguantarme lo más que pude!-

 Traté de aguantarme lo más que pude!-

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