Y te va pasar a ti también

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Sidonie declaró emergencia sanitaria para acelerar la limpieza del imperio pues de no hacerlo, a parte de apestar, traería alimañas.

Si bien se consideró como una bendición de Poseidón, no podían tomarlo a la ligera

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Si bien se consideró como una bendición de Poseidón, no podían tomarlo a la ligera.

Pasados cinco días, se llamó a un nuevo concilio con los líderes y embajadores extranjeros o mejor dicho, un juicio.

La audiencia se estaba llevando a cabo en el salón de las Hojas Negras donde la emperatriz, haría de juez y sus invitados de jurado.

Arrodillados y esposados, los once prisioneros de la iglesia observaban con desprecio a los presentes mientras que las tres brujas sobrevivientes junto a su maestra, Aurora Bennet, guardaban silencio esperando su próxima sentencia.

-¡¿Se atrevieron a ir por su alteza Cyan y el joven oráculo?! ¡Su señoría, es claro que estas sabandijas merecen sufrir! ¡En nombre de nuestra gente, exigimos el mayor castigo posible!- Herschel reclamó

-¡Malditos herejes, tarde o temprano nuestra señora liberará al único dios de este mundo y ese día, rogarán por sus vidas!- un sacerdote apresado, se levantó a vociferarles

-Tu dios, ¿siquiera "su señora" les contó lo que hizo para acabar encerrado? Lo dudo!- Murray enfureció

-¡Blasfemias, el es nuestro salvador!- las monjas y sacerdotes estaban a la defensiva

-¡Ja! Me tienen harta y me obligan a hacer algo que no quería. Señorita Pinkerton, proceda- después de tres horas de una sesión agotadora, Sidonie se rindió

 Señorita Pinkerton, proceda- después de tres horas de una sesión agotadora, Sidonie se rindió

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Así Charlotte se paró ante un confundido Rasmi, le tomó de las manos y este se desmayó.

Creyendo que falló, las risas de los eclesiásticos retumbaron el salón pero al ver a Bennet y compañía tiritando de miedo, callaron.

-¡AHHH!- las lechuzas estaban aterrorizas al ver volar una cabeza

Las líneas de sangre decoraron el piso y las brujas se alejaron al ver a Excalibur cortar otra cabeza.

-¡Perra!¡Tust!- una monja escupió ante Sidonie

-¡¿Por qué me gritas? Yo no fui!- arrugando los hombros, Sid se desligó

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