Knock Out

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Un día, el Eco me despertó temprano pero era diferente al habitual.

*Paulette Vasilisa Nimrodel. 8am, Calle Hollister 237*

Escuché el nombre de Paulie y una dirección que al preguntarle a mis padres, dijeron que debía apresurarme en ir a buscarla antes de ir a trabajar.

Escuché el nombre de Paulie y una dirección que al preguntarle a mis padres, dijeron que debía apresurarme en ir a buscarla antes de ir a trabajar

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Al llegar en la moto, divisé a Paulie y su inconfundible cabello rojo atado en moño, que caminaba entre las personas del mercado.

Dijo haber estado conjurando toda la noche para poder despertarme pero se quedó dormida cuando consumió todo su maná y apareció aquí al despertar.
Supuse que se excedió y acabó como yo al verla con las úlceras en partes de su cuerpo. Le expliqué que estábamos en el Mirna Jad y como funcionaba, para después llevarla al departamento.

Desde ese día, Paulie permaneció conmigo durante los siguientes cuatro años trabajando en la herboristería como ayudante de Mika, quien le tomó cariño al ser una bruja novata ansiosa de aprender sin quejas.

-Pásame los aceites de romero- se tomó en serio trabajar

-Tengo la pelea con mi primo en la noche y quiero que vengas a apoyarme! Siempre estás evitando estos eventos que son decisivos para nuestra relación- nunca quería ir y preferiría quedarse estudiando con Mika o con mi madre en casa

-¿En qué sentido el que te apaleen afectaría nuestra relación? Ni siquiera eres capaz de ganarles a tus parientes y llegas a la casa lleno de golpes para que yo termine curándote!-

-¿En qué sentido el que te apaleen afectaría nuestra relación? Ni siquiera eres capaz de ganarles a tus parientes y llegas a la casa lleno de golpes para que yo termine curándote!-

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-Ahí está! Cuando llego herido, tu me cuidas y fortalecemos lo nuestro!- la agarré de la cintura

La verdad, cuando eso pasaba a ella le encantaba echarme la bronca mientras me ponía yodo o alcohol en las heridas a propósito para finalizar con mimos en la cama. Cada que peleábamos en la noche, ella amanecía brillante y con una sonrisa, por eso quería darle el gusto cuando tenía oportunidad.

-Eres un imbécil! Pásame los aceites!-

-Dejen de jugar y cierren el negocio- Mika me pegó con un libro

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