Harta de soportar a un marido infiel, una cuñada entrometida y a medio mundo que se puso en su contra, la condesa Miriel optó por planear un divorcio conveniente.
-Ella y el conde son unas víboras háganme caso y empaquen sus maletas- planeaba sacar...
El dolor en mi pecho se fue y en su lugar, un sentimiento de nostalgia permaneció. Al abrir los ojos, me encontré acostado en medio de la carretera de una ciudad desconocida, cubierta de úlceras con un aspecto derruido.
Al mirar al cielo, había otros caminos similares que se organizaban para unir otras ciudades que parecían caer al vacío.
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Todo estaba de cabeza o..¿Yo era el que estaba al revés?
Al observar fijamente, noté que las ciudades eran como islas flotantes inmóviles que cambiaban lentamente de lugar con sus puentes, usando la propia gravedad de cada una. No podía dejar de mirar esas ciudades lejanas cuando vi que había personas diminutas, o eso pensé que eran las criaturas negras aceitosas que se trasladaban rápidamente y se tragaban pequeñas luces que oía gritar.
Caminando, busqué como salir pero de forma igualmente inesperada, apareció un hombre cuyo rostro sonriente me era inolvidable.
-¡¿Papá?!- mi difunto padre Giorgio, estaba parado viéndome
-¡¿Newton?! Jajaja se equivocaron, definitivamente todavía no estás muerto!- abrazándolo me puse a llorar
-¡Papá! ¡Lo siento, te fallé!-
-¿En qué exactamente? Cálmate muchacho, vas a terminar bañándome en lágrimas!-
-Te juré que acabaría con esas perras y me mató un pilar de mierda!-
-Newt, ya para, no estás muerto. No aún- señaló mi cuerpo que tenía úlceras como los edificios
-Eh?!-
-Es difícil de explicar pero tu no estás ni vivo ni muerto. Estás...por la mitad. Alguien de afuera está tratando de regresarte pero ahora, depende de ti volver- recordando a Frank y sus piedras coloridas, entendí que quería decirme
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-Papá, ¿Este es el infierno?-
-¡No! Esto es...un mundo liminal; el Mirna Jad, la tierra de los espíritus. Hijo, sonará raro pero no hay tal cosa como el cielo o el infierno solo este lugar. Que o puede ser transitorio o permanente para quien lo merezca. Lo que algunos llaman paraíso, son solo los mundos habitados por elegidos y dioses- señaló las ciudades flotantes
