Mañana se activaría la barrera del imperio por ello, el carnaval prosiguió para celebrar. Mientras que en el palacio, sus habitantes descansaban.
En el balcón, Sidonie roncaba en su hamaca en tanto los perros, se paseaban haciendo guardia por los pasillos junto a Ares. En la habitación de invitados, Miriel y Rasmi no podían conciliar el sueño y levantándose, fueron a caminar.
Una sensación de incomodidad los invadió y para variar, escogieron ir a la terraza pero el malestar continuó sin remedio.
La vista al vasto mar, cuya marea estaba excesivamente baja y un eclipse en progreso, los estremeció cuando sintieron presencias.
-Tampoco pueden dormir.- sentandas en la balaustrada, Charlotte y Nim les hicieron compañía
-No. Algo es diferente...
-Es porque nadie va poder dormir- acercándose con tres copas de vino, Murray miraba la extensa y rara playa que se formaba
-¿Qué está pasando? El aire se siente raro y apenas puedo usar mi magia- Miriel tenía un mal augurio
-Eso es...un jinn está por subir de categoría. Cuando esta situación única se da, la magia merma en todos los usuarios mágicos de modo inconsciente para su supervivencia-
El comentario aterró a Miriel.
-Esta persona, quien sea que fuere, está siendo forzada a despertar el tan abominable "Iblis; la Desesperación". Se volverá inevitablemente un shayatin-
Temblando de miedo, Rasmi casi dejó caer su copa.
-Abuelo, ¿qué es un shayatin? Todavía no me enseñaste eso, ¿son malos?- Nim preguntó ingenuamente
-Son Diablos. Es cuando un jinn acude a la desesperación, para subir de nivel. Pueden llegar a hacer cosas abominables, pero tan grandiosas que están al alcance de un dios.- Rasmi recordaba sus clases con Murray cuando era niño
-Los jinn tenemos dos opciones al subir de nivel. Nos volvemos malaikas, mal llamados ángeles...o nos convertimos en shayatin. Del registro que llevo desde mis ancestros y mi experiencia personal; solo han aparecido cuatro y este es el quinto.-
ESTÁS LEYENDO
Matrimonio por Conveniencia
AcakHarta de soportar a un marido infiel, una cuñada entrometida y a medio mundo que se puso en su contra, la condesa Miriel optó por planear un divorcio conveniente. -Ella y el conde son unas víboras háganme caso y empaquen sus maletas- planeaba sacar...