El griterío era fastidioso y me desperté enojada, por el ardor en mi pierna y costado.
Recordé las heridas recibidas por esos bichos cuando un aroma a hierro y cobre, inundó mi nariz. Parpadeando de la incredulidad, dudaba que mi marido fuera quien me sostenía por su aspecto perturbador. El abrazo cálido, sin duda era Newton pero el aura que brotaba de él, era el de un homicida psicópata y antes que asustarme, comencé a reclamarle al ver el hospital elevarse en el aire.
-¿Qué pasó?, ¡¿no me oyes?!-
La magia de Sirin, había rebasado la lógica al conjurar una teletransportación. Incluso Marjie, ya había tomado cartas en el asunto rodeando a las criaturas con fuego para hacerlas carbón y este imbécil, solo se dedicaba a matar ghouls en vez de que entráramos al sigilo.
-¡Newton!- todos le gritaban pero no reaccionaba ni cacheteándolo
Su sonrisa deformada, me enfureció y como se negaba a escuchar, me bajé para intervenir.
-¡Tenemos que irnos! Newt, hay que...-
Sus ojos amarillos se desenfocaron y sentí que lo perdí.
-¡¡¡Aléjate de mí!!!- que razón había en permanecer con un extraño si yo, quería a mi esposo que estaba ausente
Escogiendo vivir, dejé al ente que me quitó a Newton y a duras penas me fui cojeando hasta el sigilo mientras, cauterizaba con magia mi abdomen que sangraba.
Era doloroso y entre lágrimas, me volvieron a cargar en brazos.
-¡Ah no! ¡Ni siquiera la muerte va separarnos! ¡Tu me perteneces, Paulette!- Newton recobró el sentido y su aura original, gracias a mi regaño
Corriendo entre las llamas, llegamos hasta Elvis, que nos llevó con los demás justo a tiempo para flotar con el edificio y atravesar el cielo de cristal. Aferrándonos entre nosotros, Newton cayó rígido al suelo tras colapsar por la presión mágica.
Abajo, cual ganado en matadero, los ghouls estaban siendo acorralados dentro de un anillo de fuego, que los purificaba envolviéndolos en llamas.
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Las alarmas de la Puerta del Vacío artificial, sonaban sin cesar y tanto Angelique como sus siervos, quedaron consternados al vislumbrar como parte de las inscripciones que rodeaban la puerta, señalaban el uso de magia ancestral.
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Matrimonio por Conveniencia
AcakHarta de soportar a un marido infiel, una cuñada entrometida y a medio mundo que se puso en su contra, la condesa Miriel optó por planear un divorcio conveniente. -Ella y el conde son unas víboras háganme caso y empaquen sus maletas- planeaba sacar...