Hace 12 años atrás...
El conde Damian Hudson acababa de contraer nupcias con su secretaria, Miriel, una bellísima viuda joven que tenía dos hijas de 2 y 4 años.
Al principio la gran mayoría de las personas no dudó del amor entre la pareja ni siquiera su cuñada de ese entonces, Cinder, que la consideraba una mujer muy amistosa pocas semanas antes de ser reclutada por Madame FruFru para volverse una lechuza.
Al igual que Cinder, su esposo Stuart estaba feliz por su hermano que por fin había encontrado a alguien decente que no era una trepadora y para celebrarlo, decidió organizar una fiesta a los recién casados. La pareja en vez de tener una luna de miel, escogió seguir trabajando en el banco ya que no vieron la necesidad de irse.
A pedido de los novios, la conmemoración sería privada y con solo unos pocos conocidos. Así la fiesta quedaría en el lejano recuerdo como la mejor de sus vidas.
Se había invitado a los niños de las familias amigas de los Hudson para que interactuaran con las nuevas hijas del conde, que para sorpresa de los invitados, resultaron ser unas niñas tan hermosas y educadas que a más de uno le dió envidia.
Miriel estaba orgullosa del estupendo trabajo que realizó. Criar hijos como madre soltera y salir a trabajar para mantenerlos, equivalía a que los niños por lo general se descarrilaran al quedarse solos sin la presencia de una figura familiar.
Las niñas Hudson en cambio, eran un encanto y capturaron la atención de sus nuevos amigos que no podían creer que existieran cosas tan bellas y adorables.
Al ser la mayor, Sirenia pintaba que sería una belleza en el futuro al ser el retrato de su madre puesto que había heredado su cabellera castaña rubia con sus ojos color miel que a contraluz, emitían un brillo ámbar destellante. En cambio Marjane, era el calco de su difunto padre. La melena negruzca, los ojos azules y la piel pálida, sumado al vestido de lolita le dieron un aire de muñeca de porcelana.
Esta visión de ensueño bastó para que las aceptaran y se adaptaran rápido al cambio abrupto de vivir en los suburbios a mudarse a una lujosa mansión.
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Matrimonio por Conveniencia
AléatoireHarta de soportar a un marido infiel, una cuñada entrometida y a medio mundo que se puso en su contra, la condesa Miriel optó por planear un divorcio conveniente. -Ella y el conde son unas víboras háganme caso y empaquen sus maletas- planeaba sacar...