Harta de soportar a un marido infiel, una cuñada entrometida y a medio mundo que se puso en su contra, la condesa Miriel optó por planear un divorcio conveniente.
-Ella y el conde son unas víboras háganme caso y empaquen sus maletas- planeaba sacar...
-Ojalá el equipo de Jordie gane, así podremos festejar- Rasmi trataba de quitarme la preocupación
-De haber sabido del campeonato de polo, hubiera venido desde la séptima fecha para apoyar a nuestra hija- ver a Jordie jugar polo me ponía nerviosa cada vez que se agachaba para golpear la pelota
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-Por eso mismo no te avisó. Le estarías encima sin piedad preguntando si se lastimó. Mírala, es muy hábil después de practicar en casa con Ares. Hablando de él, pasado mañana tiene el final del torneo de rugby, vendrás?-
-Cómo que no? Voy a estar al pendiente de cada uno. Son mis hijos y necesitan que su madre los apoye!-
-Así se habla! Yo también estoy aquí para darle ánimos a mis hijas. Son las gemelas que montan los caballos blancos!- una joven mujer morena inició una conversación a nuestro lado
-La mía es quién monta el caballo negro con las riendas doradas!- la mujer de atrás se unió provocando que varias madres se pusieran a alardear de sus hijas
Cada una tenía algo que contar sobre las niñas y se detuvieron cuando entre saludos, Newton llegó acompañado de Sirin y otras dos chicas. Al parecer la fama del mayor de mis hijos hizo eco más allá del colegio, luego de casi ganar en esgrima contra el sobrino del primer ministro.
Como espadachines, se hicieron de renombre entre sus compañeros y gracias a eso, cautivaron a todas las señoritas. A tal grado que el pobre Newton, llegaba a casa con cartas y flores de sus admiradoras todos los días.
La pelea que lo consagró como un galán fue toda una farsa pues Newton se contuvo lo suficiente para ser derrotado y no llamar la atención con su fuerza.
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-Madre, ya recogí la tarea de Marjie. Su profesor espera que se recupere pronto de la pierna ya que los exámenes se acercan- Sirin guardó los libros en mi bolso
-Le avisé a Ares que venga para acá cuando termine el entrenamiento. En resumidas cuentas, apenas escuchó lo que dije y de seguro irá al carruaje- suspirando, Newton veía como un caso perdido a su hermano
Al finalizar la competición, las jinetes fueron a recibir su premio pero en un momento, los organizadores se pusieron nerviosos. Algo había ocurrido y pedían que todas las alumnas permanecieran con sus padres para luego llamar a los celadores.
