Fui a buscar bebidas a la tienda y al regreso, mis hermanas ya no estaban. En su lugar, un edor desagradable y vomitivo cubría el lugar.
-Brujas...- Una de esas psicópatas cruzó saltando los techos y fui tras ella
Había dos más que se adelantaron y juré que las destazaría con el mayor sufrimiento posible.
La lechuza a quien seguía se movía diferente, incluso se transformó a plena luz del día sin temor al que dirán y cuando se arrastró cuesta abajo detrás de un edificio salté tras ella.
-Hiii! Delicioso...oh! Un sabroso jinn!- frenó de comerse al bebé que tenía en las manos para bajarlo y mirarme
-Te detuviste para comerme en vez de ese crío, verdad? Jeh! Dime dónde están mis hermanas y consideraré el nivel de sufrimiento que te aplicaré!- estaba enfureciendo
-Jejeje pequeño jinn, crees poder conmigo? Adelante!- exhibiendo sus colmillos, deseaba intimidarme
-No sabes con quién te has metido.- saqué mi pistola y la maldita se estremeció
La brisa marina que cubría el mercado traía consigo un presagio de muerte que aumentaba mi ansiedad. En un estado estático, la bruja se fue tornando a una criatura de cuatro patas cuyo cuello se estiró como un gusano. Su boca se partió para dar espacio a sus colmillos con los que mostraba su necesidad de saciar su hambre.
Era la primera vez que presenciaba una transformación pero más que temerle, quería exterminarla. Disparando creí que limitaría su campo pero comenzó a correr en zigzag para esquivar las balas hasta que se abalanzó para envolverme en penumbras.
Estaba molesto puesto que trataba de provocarme y eso sería dañino para mi estabilidad mental. El viento fuerte se mezcló con la arena, agitándose alrededor para que cerrara los ojos.
-Que habilidad tan fastidiosa. Se nota que ansias morir-
A comparación de las brujas que conocía, esta cosa habría pasado hambre y a diferencia de su dieta regular, hallar un jinn la habría vuelto estúpida por la desesperación.
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Matrimonio por Conveniencia
DiversosHarta de soportar a un marido infiel, una cuñada entrometida y a medio mundo que se puso en su contra, la condesa Miriel optó por planear un divorcio conveniente. -Ella y el conde son unas víboras háganme caso y empaquen sus maletas- planeaba sacar...