Mirando por la ventana y sentada en una silla de ruedas, la demacrada reina Andrea que había despertado hacia poco, permanecía imperturbable pensado profundamente.
Mes y medio en coma la dejó hecha casi un cadáver y saber que sus lechuzas venían todos los días tratando de corroborar que aún seguía con vida, la cabrearon peor. Por estar buscando a la nueva Gran Madre, omitió dar cacería a otras posibles fuerzas externas, mismas que la dejaron inútil y bloquearon parte de su poder por una larga temporada.
En medio de sus pensamientos, sus guardaespaldas, Paola y Zulma entraron para cambiar las sábanas y servirle el desayuno cuando oyeron como el bastón que usaba para sostenerse se partía por la mitad.
-Mi señora?- ambas se detuvieron en sus tareas
-La maldición del hambre no funcionó...- Andrea divagaba
Ambas sabían a que maldición se refería y la confusión mezclada con duda, las dejó mudas.
-Ustedes...qué tan seguras están qué nadie salió de esa casa?- su ira se iba profundizando
-Nos aseguramos que ninguno de ellos escapara. Yo misma tome lista de cada miembro que asistió a esa fiesta y no faltó ninguno. Todos bebieron el vino, incluso los más jóvenes. Murieron de la manera más dolorosa; matándose entre ellos como usted solicitó- Paola quiso quitarle la incertidumbre
-No te creo- al girarse, Paola cayó arrodillada por el aire sofocante
-Mi señora, deténgase! Ella dice la verdad. Tal vez...- Zulma intentó evitar que Andrea consumiera el poco poder que le quedaba
-Qué?-
-Quizás sea obra de otro khami. Usted misma sabe como son y puede que uno haya logrado equipararse al nivel de los Thermesos en todos estos años. Es imposible que sobreviviera alguno, considerando que al ser tan leales a los suyos ninguno osó faltar a la invitación-
-No, esto fue obra de un asqueroso Thermesos. Ese sentimiento de ser profanado mientras la muerte se divierte, lo conozco bien pero sabes por qué realmente creo que ambas me están mintiendo?-
-...-
-...-
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Matrimonio por Conveniencia
De TodoHarta de soportar a un marido infiel, una cuñada entrometida y a medio mundo que se puso en su contra, la condesa Miriel optó por planear un divorcio conveniente. -Ella y el conde son unas víboras háganme caso y empaquen sus maletas- planeaba sacar...