Capítulo 10

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Jimin no estaba muy seguro de lo que Yoongi podría haberle dicho al imbécil de Taemin, pero, cualquier cosa que hubiera sido, parecía haber funcionado perfectamente para su alivio mental.

Desde aquella tarde en la cafetería que ese alfa no había intentado contactar con él, ya fuera por mensajes o llamadas, ni nada.

Tal vez en otro momento, tanto él como su lobo se habrían sentido realmente aterrados con el repentino silencio y distanciamiento de Taemin, pero, en ese instante... No lo hacía.

Sí, era verdad que se sentía algo nervioso cada vez que iba a la universidad, ya que obviamente podría encontrarse con el imbécil en cualquier parte de esta. En el peor de los casos, podría tomarle desprevenido nuevamente y atraparlo como la última vez, pero...

Por alguna razón, que su Hyung estuviera de vuelta en casa, hacía que todo fuera diferente. En especial, desde que le había dicho aquellas palabras fuera de la tienda.

Era algo extraño, en realidad, le sorprendía un poco la forma en la que había encontrado al alfa tras salir de la cafetería, encontrándose con aquella presión y aura peligrosa que le rodeaba, de la cual muchos se habrían apartado temiendo por sus vidas, pero no él.

Jimin conocía a su Hyung, y a pesar de que a veces podía mostrarse un poco distante y frío, sabía que, internamente, era alguien amable, o al menos, siempre lo había sido con él.

Claro que seguía siendo una sorpresa que se hubiera transformado en un hombre tan apuesto, sociable, amable y sonriente, algo que no había sido antes de irse, pero todos habían madurado y cambiado en ese tiempo.

Aunque, había un lado de él que el alfa no había podido cambiar, ¿no?

Porque sus palabras de aquella tarde...

Jesús, no sabía quién estaba mal, si Yoongi por decirlas tan fácilmente o él por alegrarse tanto de escucharlas. Pero, considerando todo el tiempo que estuvo el alfa en el ejército, debería ser como algo normal tener una parte así, ¿no?

Había habido una promesa en su tono que el mayor no pudo dejar fuera y que el omega no podía simplemente ignorar, y eso había sido suficiente para calmar a su lobo y su ansiedad a través de su mirada.

Intenso y peligroso, Min Yoongi parecía tener lados nuevos que no conocía desde la última vez que lo había visto.

—Minnie-ah~... —se quejó su mejor amigo, sacándolo de sus pensamientos.

Jimin bufó y avanzó en la fila para pedir sus palomitas junto a una gaseosa mientras ignoraba con fuerza al pelinegro beta, quien le observaba fijamente su nuca en lo que picoteaba su espalda con su dedo.

—Tae, déjalo —gruñó dándole un manotazo a su molesta mano antes de pagar por su pedido y coger sus cosas.

—No, quiero saber de qué estabas hablando con Yoongi en la cafetería —insistió pidiendo lo mismo que el omega cuando fue su turno.

—Y yo ya te dije que no fue nada —refunfuñó esperándole—. ¿Y de todas formas cómo sabes que me encontré con Yoongi hyung en la cafetería si en ese momento estabas en clase? —cuestionó con su ceño fruncido.

—Kookie me lo dijo, me envió una foto de ustedes dos juntos para que confirmara si era mi Hyung —respondió sacando su dinero.

—Por supuesto —resopló el omega, negando suave—. Es increíble, le dije que era tu hermano.

—No lo culpes, Kook nunca lo había visto y tienes que admitir que en todos estos años, la apariencia de Yoongi ha cambiado mucho —indicó recibiendo sus cosas—. Todos hablan de lo bien que ha crecido, como todo un alfa digno —gruñó bajito.

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