Capítulo 61

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Parado frente al espejo en su habitación, Min Yoongi arregló el molesto nudo de la inútil corbata que su mentor y jefe insistió y ordenó que usara para una mejor presentación con el cliente.

No le gustaba mucho usar trajes, ya que en vez de ocultar su presencia siempre lo hacían destacar más, por eso regularmente usaba jeans y su chaqueta de cuero negra, o cualquier ropa que en su mayoría fuera de ese color ya que le permitía más fácilmente ocultarse entre las sombras.

Y si últimamente en su armario había prendas en otros tonos, solo era debido a su chico que le gustaba combinar ropa entre ambos, para usar la nombrada ropa de pareja, y quien era él para negarle algo a su omega que obviamente le hacía feliz sin importar lo cursi que fuera.

Terminando, se colocó su chaqueta del traje a juego y luego su mirada recayó sobre le desnudo cuerpo esbelto de su pareja, el cual solamente estaba siendo cubierto de forma precaria con las sábanas de su cintura para abajo.

Acostado sobre su abdomen, Jimin tenía su rostro de lado y sus brazos intentaban apresar la almohada. Una de sus piernas se mantenía estirada, mientras que la otra se encontraba alzada y flexionada, saliendo bajo el manto de las sedosas sabanas negras para mostrar parte de su muslo y un poco más abajo de la rodilla, como si ya no estuviera mostrando tanto de su exquisita piel llena con marcas de amor que variaban entre mordeduras, chupetones y las marcas de sus dedos.

Ah, de solo recordar lo que había hecho con ese maravilloso cuerpo durante la noche, provocaba que sus nulas ganas de irse empeoraran solo para quedarse a repetirlo una vez más para después cuidar de su chico como tanto les gustaba a ambos.

Sonriendo de forma ladina, el alfa dominante se dio vuelta y se dirigió a la cama. Deteniéndose frente a su chico, se agachó y peinó detrás de su oreja perforada un rebelde mechón rosa pálido.

—Cariño —llamó, acariciando su abultada mejilla.

Su omega se quejó y soltó un pequeño bufido cansado mientras arrugaba su rostro con molestia.

—Vamos, nene, quiero mi beso de despedida antes de irme —le recordó, recorriendo con el dorso de su dedo ese hermoso rostro.

Aquello, hizo reaccionar a su pareja, quien inmediatamente forzó a sus ojos a abrirse mientras soltaba un gran bostezo cansado.

—¿Cómo puedes verte tan bien luego de mantenerme despierto toda la noche? —se quejó, restregando uno de sus ojos con una mano.

—Me halagas, pero no fue toda la noche, hace tres horas nos detuvimos —argumentó.

—Toda la noche —refunfuñó y colocó sus dos manos contra el colchón para empujarse hasta sentarse sobre sus tobillos, arremolinando las sábanas a su alrededor y mostrando las otras marcas en el frente.

Una tierna mueca tiró de los labios del pelirosa omega cuando los músculos de su cuerpo se quejaron ante el movimiento.

—¿Muy cansado? —sonrió el alfa, viéndose muy satisfecho.

—Destrozado —corrigió y movió suavemente su nariz—. Huelo a café.

—Te preparé el desayuno —anunció el mayor, señalando la bandeja con comida sobre la pequeña mesita de noche al lado de la cama.

—Eres el mejor —suspiró Jimin y luego puso atención a su vestimenta, deprimiéndose inmediatamente con ello—. Realmente no quiero que te vayas... —susurró, alzando su mano para acariciar su mejilla.

—Yo tampoco quiero irme —respondió su alfa, levantándose y sentándose en la orilla de la cama.

Inmediatamente, el pelirosa omega se levantó y se sentó a horcajadas en el regazo de su pareja, rodeándole con sus brazos.

Lost on YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora