Capítulo 45

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Cuando Jimin abrió sus ojos, lo primero que contempló fue el color blanco del techo de la habitación.

Parpadeando un par de veces mientras intentaba enfocar bien su vista en lo que su mente adormecida trabajaba a un ritmo lento, giró su rostro a la derecha para contemplar un hermoso atardecer a través de la ventana.

—¿Ya has despertado, nene? —preguntó una cariñosa voz grave que inevitablemente hizo reaccionar tanto su cuerpo como a su lobo.

Bajando su mirada, el pelirosa omega contempló a su alfa acurrucado a su lado de costado, con su cabeza apoyada casi a la altura de su cintura. 

Las sábanas estaban enredadas en ambos cuerpos desnudos, tapando las partes esenciales de sus cuerpos, y las manos de Yoongi acariciaba con ternura sus muslos expuestos, llenos de marcas violáceas y rojas, con el suave patrón de dientes incluso.

Wow, esa era una vista digna de admirar y de pintar, y el menor no pudo hacer más que observar casi embobado.

—A caso, ¿me necesitas otra vez? —preguntó cuando no recibió respuesta, alzando su cabeza para observarle con aquellos profundos ojos azules.

Todo el cuerpo del pelirosa omega se estremeció suavemente en deseo, queriendo corresponder aquella mirada, pero la verdad era, que su celo finalmente había terminado.

Aclarando su garganta igual de resentida, alzó su mano derecha y la colocó sobre la cabeza de su pareja, enterrando sus dedos en aquel cabello oscuro como la noche.

—Gracias, pero creo que tuvimos la última ronda antes de caer dormido —le respondió con una pequeña sonrisa de labios.

—¿En serio? Yo pensaba que ibas a durar hasta la noche, considerando cómo me atacaste nuevamente —ronroneó bajando su cabeza, besando la piel cerca de su ombligo.

Jimin se sonrojó suavemente al recordar dicho momento y luego torció sus labios en dolor cuando todo su cuerpo se quejó en respuesta al intentar moverse.

Se encontraba totalmente dolorido y satisfecho, por lo que realmente no se quejaba de nada. Era la primera vez que pasaba un celo así de intenso y satisfactorio, no podía estar más feliz por ello.

—¿Necesitas algo? —preguntó su alfa, arrastrando sus labios por su costado de su cintura.

—Bueno, algo de comida estaría bien —murmuró cuando sintió el peso del vacío en su estómago.

—Uhm, sabía que no debí de haberme dejado convencer por saltarnos el almuerzo —chasqueó su lengua—. Afortunadamente, terminé de cocinar antes de ser convencido, por lo que solo debo de calentar nuestra comida —anunció besando y tocando su piel por última vez antes de sentarse y salir de la cama.

Observando como el mayor agarraba un bóxer del suelo, el omega mordió su labio inferior al apreciar las marcas de rasguños que había dejado en el cuerpo de su pareja, desde sus hombros, brazos y espalda.

Joder, incluso había algunas en sus nalgas, pero Yoongi no parecía especialmente molesto por ninguna y los codiciosos ojos del menor le siguieron hasta que abandonó la habitación.

Rayos, tal parecía que había sido tan intenso como su alfa, aunque por supuesto, no creía que superara al mayor considerando las múltiples marcas que podía apreciar en absolutamente todo su cuerpo.

Intentando sentarse, el pelirosa omega se estremeció suavemente cuando su trasero se apoyó contra el colchón y acomodó las almohadas a su espalda para apoyarse en esta.

Rascando distraídamente su pecho, contempló arrugando su pequeña nariz al encontrar rastro de semen seco en este.

De pronto, en su mente apareció como en el último instante de su celo le dio por estar cubierto con el semen de su alfa, porque en su pequeña cabecita, se aferró a la idea de que esa era la única forma en la que así iba a estar totalmente envuelto en su adictivo aroma.

Lost on YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora