Capítulo 35

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Jimin se despidió del adorable puddle de solo tres meses y luego de su dueño, deseándole una rápida recuperación.

Revisando la agenda en el computador, el omega se levantó de su silla al comprobar que ese era el último peludo paciente del día y se dirigió a la sala de consultas, donde su jefe se había quedado tras atender al puddle.

—Hyung, ya no hay más citas agendadas —informó observando con curiosidad la habitación al igual que la primera vez.

Las paredes de esta eran de un azul claro con patitas de animales pintadas de negro, y el suelo era de un blanco limpio. Justo en el centro, había una mesa firme y de metal destinada para poner a los animalitos en esta y soportar su peso.

Por alrededor de la habitación, estaba equipada con muebles llenos de lo que podría necesitar el veterinario.

—Eso es perfecto —sonrió el mayor—. Puedes colocar el cartel de cerrado entonces —anunció.

Asintiendo, el pelirosa omega se alejó y cruzó el lobby deteniéndose frente a la puerta de cristal, dando vuelta el cartelito que anunciaba que estaba abierto y colocando así el que decía cerrado.

Volviendo a su escritorio, tomó su celular y le envió un mensaje a su alfa avisándole que ya había terminado de trabajar y que estaba libre.

—Gracias por quedarte todo el día hoy, Jimin-ah —expresó SeokJin saliendo de la habitación, deteniéndose al lado del escritorio—. Realmente me has salvado.

—Está bien, no tenía turno en la cafetería hoy y me iba a aburrir en casa esperando a que Yoongi saliera del trabajo —aseguró encogiéndose de hombros—. Tampoco es demasiado tarde, más o menos la hora en que sale Hyung de su trabajo —sonrió.

—Aun así, se supone que los días libres son para descansar y yo te he hecho trabajar —indicó—. Te pagaré el día completo por esto —prometió.

—Está bien, en serio no me molestó venir e incluso me dejó entrar en las consultas y ayudarle con los peludos pacientes, eso fue una buena recompensa —sonrió alegre.

—Aun así, te pagaré todo el día —anunció tercamente y el joven omega soltó una suave risa, sabiamente no discutiendo más el tema.

—Como tú quieras, Jin hyung —le sonrió dulcemente.

—¿Quieres que te lleve a tu casa? —se ofreció.

—Oh, no, está bien —aseguró—. Mi alfa ya viene por mí —anunció alzando su mano donde estaba su celular.

—Aw, qué alfa tan considerado es Yoongi —exclamó con sorpresa.

—No le gusta que viaje solo, es un poco sobre protector en ese sentido, al igual que mis amigos —confesó un algo avergonzado, pero muy feliz.

—No te ves molesto por eso —observó con una sonrisa de labios.

—Las últimas veces que estuve solo en la calle tan tarde, cosas un poco desagradables ocurrieron —explicó y se estremeció ligeramente al recordar a Taemin.

Aunque, últimamente no había tenido ninguna noticia de él, ni siquiera los amigos de este habían aparecido en la cafetería y...

Esa sensación de ser observado había desaparecido también.

—Lamento escuchar eso —pronunció Jin volviendo a llamar su atención—. En ese sentido mi pareja también es algo cuidadosa, porque nunca faltan los idiotas que intentan algo con los omegas que ven solos en la calle —negó resignado.

—No quiero ser grosero, ¿pero si tienes una marca en tu cuello no deberían como retroceder o algo? —pregunto confundido—. Dijo, ya es una gran señal que tu aroma esté combinado con el de tu alfa —comentó.

Lost on YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora