Capítulo 13

20.3K 3.4K 1K
                                    


Mientras el doctor hablaba frente a él, Jimin simplemente se mantenía en silencio, sin que la explicación del médico realmente llegara a él. Podía observar cómo los labios del hombre se movían y escuchaba las palabras que entonaba, pero que entendiera lo que le estaba diciendo el beta, era algo completamente diferente.

Tal vez era debido a los medicamentos, o simplemente ya estaba demasiado cansado luego de haber pasado por un horrible momento.

Pero, por más que hiciera el intento de concentrarse, no podía.

Su mente vagaba por todos lados, su mirada recorría lentamente las luces blancas en el techo y bajaba al rostro del doctor de forma distraída mientras pensaba en Yoongi, preguntándose en dónde estaría el alfa.

Y su médico debió de haberse percatado que no estaba prestando la más mínima atención, porque simplemente cerró la boca y le sonrió con amabilidad mientras sus ojos luchaban de pronto por mantenerse abiertos, alerta.

Cuando la enfermera que había asistido al médico en todo momento intentó quitarle la chaqueta que descansaba en sus manos, el castaño omega inmediatamente se alteró y emitió pequeños gemidos angustiados mientras se aferraba a ella débilmente.

No quería soltarla, no quería que se la quitaran, era lo único que le hacía sentir seguro en ese momento.

—Está bien, déjaselo —pronunció una conocida voz baja y de pronto, el rostro de su Hyung apareció cerca de la camilla, eclipsando todo lo demás.

—Hyung... —susurro con voz baja, regalándole una pequeña sonrisa suave.

—Estoy aquí —respondió el mayor, y le quitó suavemente la chaqueta de sus manos para extenderla sobre él al igual que una manta.

El aroma del alfa dominante volvió a rodear completamente al omega, relajándolo hasta el punto en que dejó de luchar con mantener sus párpados arriba.

Parado a su lado, Yoongi observó la mano ligeramente más pequeña que sostenía con delicadeza.

—¿Qué le sucede? —pregunto finalmente, observando siempre el rostro de su chico.

—Bueno, el paciente se alteró considerablemente cuando se alejó, impidiéndonos realizar nuestro trabajo y revisarlo, por lo que le suministramos algo para el dolor y para que se calmara —explicó el doctor—. Estará bien, dormirá el resto de la noche tranquilamente y sin problemas —prometió.

—¿Cuál fue el informe médico? —cuestionó, observando al hombre mayor.

—Se tratan mayormente de hematomas —anunció—. Ningún golpe resultó en una herida grave, las radiografías muestran que a pesar del trauma en sus costillas están bien, algo delicadas, pero no rotas, al igual que su cadera —explicó—. Y aunque recibió un golpe en su cabeza, no detecté una conmoción cerebral. Sí, tendrá un feo golpe y probablemente le dolerá por unos días, aparte de eso, no vi nada alarmante.

—¿Me lo puedo llevar entonces?

—En mi opinión personal y profesional, lo mejor para él sería pasar la noche aquí, así nos aseguramos de que nada grave ocurra —expresó—. Ahora, si usted insiste en llevárselo, no puedo hacer nada al respecto.

—No, está bien —anunció—. ¿Le hicieron la prueba de violación? —preguntó con voz fría, casi desalmada.

—Lo hicimos, sí —asintió el hombre, retrocediendo instintivamente como si percibiera el peligro a pesar de ser un beta.

La enfermera, por el contrario, solo era una joven omega que inmediatamente se retiró tras entregarle los resultados al médico.

—Fue como el paciente dijo, no hay verdadero signo de una violación aparentemente, aunque tenemos una muestra de pre-semen que estuvo en su entrada —anunció revisando el archivo—. No hay desgarramientos internos y su entrada no muestra signos de haber sido forzada. Asumo que logró interrumpir justo a tiempo —expresó, bajando la tablilla médica—. ¿Es usted su pareja?

Lost on YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora