Capítulo 51

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Bajándose de la motocicleta, Jimin observó la conocida casa y sus labios se torcieron en una ligera mueca mientras se quitaba el casco.

—¿Estás seguro de que realmente querías venir, Hyung? —preguntó, girándose para observarlo.

Bajándose de su motocicleta, el alfa se apoyó en ella y se quitó el casco apoyándolo en el asiento antes de tirar a su chico en el espacio entre sus piernas.

—¿Por qué estás tan preocupado, nene? —preguntó besando su mentón.

—Porque ellos no querían que estuviéramos juntos —le recordó, colocando una mano sobre el pecho del mayor—. ¿Y si esta cena solo es para intentar convencernos de que no debemos de estar juntos? —expresó, preocupado.

Yoongi alzó su mano libre y la colocó en la nuca de su pareja, manteniendo un agarre firme, pero cuidadoso, que no expresaba nada más que cariño y protección.

—¿Realmente crees que cualquier cosa que ellos digan me hará cambiar de opinión? —preguntó, restregando sus narices tiernamente.

—Bueno, no... —murmuró e hizo un puchero—. Pero no me gusta la idea de que sean desagradable contigo.

—No me importa lo que me digan mientras no te molesten a ti —anunció, presionando un beso en la comisura de aquellos gruesos labios suaves.

—Pero a mí si me importa —refunfuñó—. Eres mi pareja, mi alfa, Yoonie —gruñó bajito.

—¿Yoonie? —repitió con una sonrisa, presionando sus labios juntos.

—Suena bien —se encogió de hombros, con un dulce sonrojo.

—Uhm, ahora debo conseguir que me llames de esa forma mientras estoy profundamente enterrado en ti —ronroneó y deslizó su otra mano al trasero de su chico, empujando sus caderas juntas—. ¿Puedes verlo? —murmuró besando a lo largo de su mandíbula hasta detenerse en su oído—. Tu sentado sobre mí, soltando deliciosos sonidos, suplicando por tu Yoonie quien te atormenta con su boca en tu precioso cuerpo mientras controlo tus saltos delicados sobre mi polla.

—Hyung... —gimió bajito el omega, cerrando sus ojos mientras el destello de la imagen llegaba a su mente gracias a su alfa—. Por favor, no sigas —rogó y se presionó ocultando su rostro en su cuello, aspirando el delicioso aroma de tormenta, pinos y melocotones que su alfa estaba liberando a conciencia.

—¿Por qué? —preguntó el alfa dominante, sonriendo.

—Porque no quiero llegar a la casa de tus padres con una erección —se quejó respirando profundamente.

—Oh, bebé, las cosas pervertidas que dices —rió bajo, causando otro pequeño gemido en su pareja mientras lo rodeaba con sus brazos—. ¿Estás mejor? —preguntó luego de unos segundos así.

—Sí, pero sigo pensando que es una mala idea —suspiró.

—Bien, entonces simplemente nos iremos si se ponen desagradables —decidió besando su sien.

—Algo me dice que eso no es algo que tú harías —expresó enderezándose lentamente.

—No, pero me interesa que tú estés cómodo, no ganar un juego mental con mis padres —dijo no muy preocupado.

—Me consientes demasiado —suspiró felizmente.

—Es fácil, si estás feliz conmigo, entonces no tendrás deseos de buscar a alguien más —explicó.

—Así que ese es tu malvado plan, eh —bromeó sonriente, sin entender la verdad detrás de las palabras de su alfa.

—Hasta el momento está funcionando, ¿no? —alzó una ceja.

Lost on YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora