𝗽𝗿𝗼́𝗹𝗼𝗴𝗼

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Guillermo Ochoa regresaba de Qatar con la derrota de no haber podido clasificar a los octavos de final, su amado esposo, Saúl Álvarez lo esperaba con los brazos abiertos, este le dio un beso tierno y dulce en los labios

-Te extrañe tanto- dijo Saúl separando sus labios de los del contrario.

-yo igual te extrañe- dijo con una sonrisa mientras tomaban camino a dentro del hogar donde una gran cena echa por Àlvarez los esperaba.

Quien diría que el gran portero de la selección mexicana tuvo una aventura mientras estuvo en un país tan lejano y que no iba a ser la última vez que vería a tal jugador...

𝘔𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘢𝘴 𝘗𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴𝘢𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora