Torre Alfa.

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⚠️CONTIENE UN ASESINATO⚠️

Capítulo 16:

Carlo.

Las camionetas avanzaban directamente hacia "El Tres de Oro". Nuestro restaurante más exclusivo en el centro de Milán. Antonnio y Ciara iban en la camioneta detrás de la mía. Según Antonnio, ella comenzaría a trabajar para la línea de hoteles, presumió que era buena en lo que hacía cuando me entregó su expediente, había asegurado más de quince tratos millonarios para la firma en la que trabajaba y seguía ganando una miseria, una simple asistente legal con un cerebro muy bien desarrollado para los números.

Esa noche ella estaría a prueba.

Terminaría siendo una integrante más de "La Torre Alfa" o se quedaría siendo el juguete nuevo de Antonnio hasta que se aburriera de ella. Y el mío.

Viernes por la noche y estaba más concurrido que de costumbre, lo que hizo que nos quedáramos varados por unos minutos en las calles llenas de turistas y locales al estar de fiesta o al regresar a sus casas de los aburridos trabajos de oficina.

George Palenski había hecho un excelente trabajo al haber dividido esos treinta millones en siete cuentas diferentes, el único problema, sería la negociación. Era un maldito bastardo abusivo, podía plantar una bala en su cabeza y deshacerme de él. Pero tenía que admitir que su trabajo siempre era impecable. Eso también dependería de Ciara, si nos gustaba como se desenvolvía, ella lo reemplazaría.

Al bajar de las camionetas, antes de entrar, la mano de Antonnio rodeó la cintura de Ciara, pegándola a su cuerpo con el saco negro combinado con ella.

—A ella no se le niega la entrada, ¿entendido? — el tono de voz severo se escuchó casi hasta mediación de esa fila, donde la gente esperaba para la hora de su reservación, prendí un cigarrillo — lo que pida se le dará sin cuestionar sus demandas. Así que apréndete su cara.

—Como ordene, señor — el cadenero de lentes oscuros quitó la cuerda escarlata dándonos el acceso.

Ella subió primero por esos cinco peldaños para entrar, dejando ver sus piernas desnudas hermosamente decoradas con sus tacones no tan altos, gracias al vestido negro por arriba de sus rodillas. Antonnio la guio sin quitar la mano de su espalda baja cuando subieron al mismo tiempo.

Ella no vociferó, no se quejó, solo caminó dejando el eco de sus pasos seguros.

Al entrar, caminamos hasta la parte de atrás en el mismo orden a nuestro lugar de negocios. Una mesa de cuatro calvos trajeados, todos fijaron su mirada en ella. Examinándola de arriba hacia abajo, dejé mi cigarro en la boca y saqué el arma, que llevaba en el bolsillo por dentro de mi abrigo, al pararme frente a la mesa les dije:

—Aparten su puta mirada de lo que no es suyo sino quieren una bala en la boca.

Y no supe por qué lo hice.

—Él es George Palenski — dije cuando tomamos asiento, yo en la cabeza de la mesa que no era tan grande, Antonnio a mí izquierda y Ciara a la derecha. George en la otra cabeza y su escuálido guardaespaldas detrás de él —. Señor Palenski, Ciara Kendrick.

No dijo nada, sólo bebió de su vino y prendió un cigarrillo. Lucio entró y colocó todas las carpetas de las transacciones en medio de nosotros tres.

—Trabajará contigo, nena. Pero si no te devuelve el maldito saludo, él trabajará para ti — habló Antonnio de manera áspera. Los ojos de George se posaron temerosos en la cara de la hermosa mujer con olor a rosas.

—¿Qué se supone que hará, servirme el café?

Antonnio se giró para verlo y noté que quería sacar su arma, pero antes de que alguno de los dos pudiera decir algo, ella habló:

Los Pagano [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora