Capítulo 46.
Ciara.
—Te quiero —dije recargada sobre su pecho mientras bailábamos en medio del mar en la proa de un yate, bajo la noche con las estrellas como espectadoras.
Su mano rodeaba mi cintura y la otra estaba entrelazada con la mía, varios niños corrían a nuestro alrededor. Su perfume rico entraba por mi nariz y el calor del verano rozaba nuestras pieles con el aire salino. Otra figura masculina miraba el horizonte acuoso mientras bebía algo.
—Cásate conmigo —susurró sobre mi cabeza y sonreí.
—Sí —dije y cuando lo miré, el sonido de una bala hizo que cayera sobre mis brazos. Grité y grité, con desespero y temor, los niños sangraban tirados y la sangre corría por ese piso blanco, el otro hombre reía. Sostenía su cuerpo mientras gritaba pidiendo ayuda.
Una figura femenina salió del camarote con ese cabello rojizo como el líquido que manchaba mi vestido blanco.
Abrí los ojos al mismo tiempo que gritaba.
Esposada y enojada.
Encerrada en la famosa antesala de la muerte, no supe por cuantos días había estado sin luz, sin agua, sin aire, solo pan duro y rancio entraba por mi boca, junto con las lágrimas que no dejé de derramar. Solo mis sollozos retumbaban entre esas cuatro paredes y en mi cuerpo.
No sentía nada. No era nada. Estaba al grado del agotamiento al estar de pie, pero eso me daba igual, estaba muerta en vida, me quedaría aquí para siempre viviendo un luto interminable, una traición punzante dentro de mi corazón.
La imagen de Antonnio siendo asesinado me carcomía las entrañas, el corazón y el alma. El hombre del que estaba enamorada estaba muerto. Y no tuve tiempo de poder decírselo, murió sabiendo solamente que lo quería. Esas dos palabras que ninguno de los dos pronunciamos, pero que yo empecé a sentir gracias a la intensidad de su amor prodigado, de su protección y su sensualidad que nunca ocultaba conmigo, quedarían en el olvido. Se secarían con el tiempo, pero en mi corazón marchito quedarían marcadas como la prueba de que todo eso fue real, él llegó a cambiarme la vida, a enseñarme que era más que esa coraza de nervios y duda hacia mí misma. Que valía más, que era valiente.
Él.
Él ya no estaba.
—Antonnio —susurré en dolor y agonía con las lágrimas cayendo por mis mejillas, llegando hasta mis labios. Con ese ardor en la garganta al pronunciar su nombre.
No te hice el amor a propósito.
El nudo en la garganta, doloroso y amedrentador, explotó de nuevo en menos de una hora y no hice más que recargar mi peso en la pierna izquierda para volver a la derecha en unos minutos, así se habían esfumado estos días. Llanto, dolor, sudor y hambre.
No sabía que era lo que predominaba sobre mi rostro, lágrimas o sudor por el calor intenso que se arraigó desde que puse un pie en esta habitación.
El dolor era algo que comenzaba a sentir a diario, físico y mental. Ya era parte de mí.
Carlo. Él había ido con Oksana, él se la folló. También mi amor por él se iría, más rápido de lo que llegó.
Los niños probablemente ya estarían muertos junto a nana.
¿Dónde estaba Torre Marfil y Sara?
Volví a llorar. Parecía que la sangre iba a sustituir al líquido salino de tanto llorar. Así se iría hasta dejarme seca por dentro.
![](https://img.wattpad.com/cover/315342526-288-k885151.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Los Pagano [EDITANDO]
RomanceBusqué ayuda en él. Pero encontré algo más. Los encontré a ellos. O ellos a mí. Un golpe de suerte de algo que estaba prohibido, pero que me hacía querer más y más. Su pasado no me hizo alejarme aun sabiéndome en peligro. Su pasado me hizo encont...