Observo mi reloj de mano por enésima vez esperando que avance, esta reunión termine, para llamar a Christopher desde mi habitación sin el temor a ser descubierta en tal acción, pero la realidad es que solo han pasado cuarenta minutos desde que Ted y Christopher se fueron a Portland y esta reunión parece ir para largo.
Suspiro profundo, muy profundo y silenciosamente.
Intento por todos los medios prestarle atención a todos y su charla, pero no puedo. No logro centrar mi atención en ellos. No puedo sacar de mi cabeza la mirada de Christopher, la ira, el miedo o pánico que me transmitió en cuanto a Isis. El mismo sentir que me carcome en estos momentos junto con la ansiedad, la imperiosa necesidad de saber que ocurre, que es eso que los hizo irse de una manera apresurada, abrupta.
Él, a una hora de haber llegado de viaje y, Ted... Ted dejando a mi hermana a horas de la salida del hospital.
Es malo.
Debe serlo para que Ted se desprenda de mi hermana de esa manera, cuando Christian afirma, que estuvo prácticamente viviendo con mi hermana en la clínica, desde que le permitieron quedarse para estar pendiente de su cuidado este último mes.
Busco ser optimista, intento ser positiva aminorando los hechos basándome en la tendencia excesiva y sobreprotectora de los Grey sobre terceros, pero Christian y su repentino silencio me alteran sobremanera.
Su mirada, aunque está puesta en todos y sonríe alegre, no puede esconderme su preocupación. Lo muestran sus ojos que se encuentran tan oscuros y turbios. Un rasgo que voy conociendo comparte con su hijo cuando algo los aqueja, ampliando cada vez más la larga lista de similitudes que poseen y cada día me parece sorprendente.
¿Cuánto puede parecerse un hijo, desde el ámbito físico, a su padre?
Es tan impresionante como físicamente son tan idénticos.
La misma tonalidad castaña rubio cobrizo de su cabello, tono de piel, sus ojos de un gris tan llamativo por lo claro y limpio que se visualizan. Esa mirada tan penetrante y fija al punto de intimidarte y hacerte estremecer dejándote por completo estupefacta. Su altura y contextura es un detalle tan llamativo, siendo todos en esta familia igual de altos, pero solo Christian y sus hijos, incluyendo a Damon a pesar de no llevar su sangre, se jactan de un cuerpo fornido, cargado de músculos muy visibles y ten....
—¿Liss? —El tono elevado en que se pronuncia mi nombre me saca de mis cavilaciones.
Mis hermanos y los Grey's al completo me observan fijo, elevando mis nervios al punto de erizar mi piel de manera desagradable.
—¿Qué pasa? —pregunto nerviosa, muy nerviosa.
Mi corazón late desaforado por el súbito llamado de atención.
Samuel me observa enarcando una ceja, mientras Damon solo me mira fijamente como si conociera todo de mí.
Por alguna razón siento un tipo de temor hacia mi mellizo que no logro entender. A pesar de crecer separados, siento que lo conozco mejor de lo que él mismo se conoce. Sé que, dentro de aquel chico de personalidad emotiva y carácter dócil la mayor parte del tiempo, se esconde una completa bestia que sale una vez se siente amenazado por la ira, desilusión y dolor.
Desilusión.
Engaño.
Ambas palabras encierran mi relación con Christopher.
Dada la perspectiva que tiene mi familia sobre Christopher con los hechos que han rodeado su vida y el encubrimiento de nuestra relación, ambas palabras podrían describir perfectamente las futuras emociones una vez todo salga a la luz.
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Christopher Grey #5 (Saga sombras, Grey)
FanfictionTercer libro de los hermanos Grey en La Sombra de mi Ángel.