Liss Hunt
Desde el incidente con mi hermana en el tribunal, no había sentido la tensión que rodeaba a esta familia. Ahora no era la nuestra la que estaba aquí, esperando por respuesta, rogándole a Dios un milagro, que el doctor saliera con buenas noticias que aliviaran la tristeza, el dolor, el pánico que cubría mi cuerpo.
No.
Ahora eran ellos, los Grey's.
Nuestra llegada fue complicada. Por un lado, papá me reprendió por mi afán de querer estar ahí y simplemente alegué que quería estar con mi hermano y en parte no mentía. Damon y yo queríamos lo mismo. Ambos estábamos conectados y su dolor se volvió el mío.
La entrada plagada de periodistas y policías. Un despliegue de seguridad tan sorprendente resguardaba el edificio. Nunca había visto algo sin igual. Papá se presentó ante ellos, y como era de esperarse se negaron a permitir la entrada. Solo cuando el señor Taylor, amigo de Christian salió, nos permitió el paso.
Fue la primera persona en quien vi una tristeza tan apabullante. Sus ojos claros miraron a papá con cansancio y dolor. No parecía el hombre mayor, pero de aspecto todavía fuerte. Vi cómo en ese momento mil años se cernían sobre él y mi latir desaforado incrementó. Todos sabemos que para los Grey Taylor es un hermano más, un hijo más del matrimonio, un tío más para los chicos quienes lo respetan y quieren igual que a Mía o Elliot.
Al entrar no era diferente al exterior. El hospital estaba completamente vacío a excepción de medios y enfermeras que iban y venían de un lugar a otro. Ahí me quedó claro las influencias que tiene esta familia cuando lo amerita. Johan se encontraba en recepción, de pie, frente a él tres guardaespaldas en una postura militar, los miraba con dureza, pero sus ojos dejaban ver lo mismo que Taylor: preocupación.
Nos guiaron por un pasillo hasta llegar a una sala de espera. Al entrar todas las sensaciones de los presentes me impactaron con tanta fuerza que el aire se extinguió de mi propio mundo.
Repare primero en Anastasia. Ella estaba... ¿serena? Era imposible, debía ser imposible cuando uno de tus hijos está luchando por su vida. Miraba un punto fijo en la pared sin parpadear o llorar. Respiraba lento y deduje que aquella postura era una máscara para el infierno que se desataba en su interior.
Cada persona reacciona diferente ante situaciones que los superan por completo.
Christian estaba sentado junto a ella y su padre al lado sin saber si hablarle a su hijo o calmar a su esposa, la señora Grace que lloraba mares. Me centré en él por un momento, en lo idéntico que resultaba con su hijo, en la misma personalidad reservada, seria, la misma mirada intimidante y penetrante.
No quería estar en su lugar, tenía el mío propio, pero el suyo era irremediablemente atroz. Lágrimas, pequeñas perlas de lágrimas surcaban sus mejillas y sus ojos se perdían en el suelo, sin hablar o emitir algún sonido.
Phoebe estaba siendo tranquilizada por Mónica y Elliot. Busqué desesperado a mi hermano extrañado que no estuviera con él y lo encontré aislado, mirando por la ventana, limpiando por momentos las lágrimas que no le mostraba a nadie y junto a él mi hermana que acariciaba su espalda.
Ninguno de los dos, Phoebe y él, podían estar juntos en ese momento. Las emociones los superaban y los comprendí. Ninguno podía ser el consuelo del otro. Era su hermano, uno de sangre y el otro por decisión, pero ambos compartían por el un amor inimaginable al punto de nombrar a su hijo como él.
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Christopher Grey #5 (Saga sombras, Grey)
FanfictionTercer libro de los hermanos Grey en La Sombra de mi Ángel.